Heartbeat

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"Cuando tengo miedo me gusta recostarme en tu pecho y escuchar tus latidos, me hacen sentir en paz y protegida"

"Cuando tengo miedo me gusta recostarme en tu pecho y escuchar tus latidos, me hacen sentir en paz y protegida"

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Su corazón latía con fuerza mientras se acercaba a los demás, ¿cómo reaccionarían al escucharlo?

El pelirrojo fue el primero en verlo y alzó la mano dándole a entender en donde estaban todos, Shion se acercó a ellos y sonrió emocionado dándoles a cada uno su bebida.

—¿Por qué te veo más feliz que de costumbre?—preguntó Jaan, algo extrañado por la felicidad desbordada que estaba demostrando el menor.

Tengo que contarles algo, pero...—miró a Sooha un momento.—Es algo que debemos hablar en privado, es sobre un sol que conocemos.

En ese momento todos entendieron, con amabilidad le dijeron a Sooha que tenían que hablar en privado así que se alejaron lo suficiente para que no escuchara pero también lo suficiente para vigilar que no corra ningún peligro.

Jakah fue el primero en hablar desesperado.

Shion, ya dinos, ¿sabes algo de ella?

—Sí, no me lo creerán pero acabo de verla.

—¿Cómo estás seguro de que no te confundiste?—preguntó Solon.

—Porque la vi, es mi hermana Solon, recuerdo esos ojos y esa sonrisa, solo se veía algo apagada pero era ella, está viva, sabía que nos mintieron en todo este tiempo.

—Pero si ella está viva...¿de quién era ese cuerpo?—murmuró Heli, intrigado por eso.

—No tengo idea, pero sabemos que no es ella, se los puedo demostrar, solo denme tiempo.—suplicó el rubio.

Jakah se acercó a él con un aura que podría asustar a cualquiera.—Espero que esto no sea una broma de mal gusto, confío en ti y lo sabes, pero esto es diferente, hablamos de ella—sus ojos esmeralda se posaron en los de Shion.—No es cualquier persona, es Sunhye.

—Te juro que sé lo que vi, solo deben confiar en mí, les probaré que ella si está viva.

Jakah suspiró y asintió, caminando lejos de ellos.

—Estará bien?—preguntó Jino.—Todos sabemos sobre sus sentimientos hacia ella, él es el único que parece aún no saberlo...

Los demás suspiraron y negaron, en realidad ninguno sabía bien cómo se encontraba el ojiverde con ese tema en específico, siempre se encerraba en sí mismo diciendo que estaba bien, dándole ánimos a los demás y demostrando que podía seguir adelante, cosa que no era cierta.

Al terminar la salida con Sooha la acompañaron a su habitación, se despidieron de ella y cada uno siguió su camino a sus habitaciones, a excepción de Jakah que decidió caminar un poco alrededor de la secundaria.

Soltó un suspiro bastante pesado, demostrando algo de sus verdaderos sentimientos.—Te extraño—fueron las únicas palabras que dijo al sentarse en el césped verdoso y mirar hacia la luna.

Ella también te extraña—una segunda voz sobresaltó al mayor.

Noa...no te había escuchado, me asustaste.

—Lo siento Jakah—sonrió inocentemente el menor.—Solo quería saber si estabas bien, te vi algo decaído

El mayor no respondió nada solo siguió mirando hacia la luna como si está fuera a responder por él.

Noa se sentó a su lado y miró la luna un momento.—Extraño su voz al cantar y su entusiasmo al hablar sobre los animales.

Jakah rió un poco.—Sabía mucho sobre ese tema a pesar de su corta edad, pasaba todo el día leyendo libros sobre cómo cuidarlos y los diferentes tipos que existían.

Noa lo miró atentamente y luego preguntó.—¿Y tú? ¿Que extrañas de ella?

—Extraño todo de ella, desde las muecas que hacía cuando algo no le gustaba hasta cuando reía por nuestras peleas absurdas sobre quien era más fuerte, pero lo que más extraño eran esos momentos en los que estábamos solo ella y yo, más cuando solía recostarse en mi pecho para calmar su miedo—el menor miraba atentamente sus ojos, así confirmando lo que todos sabían, esos sentimientos que desbordaba, no eran solo por amistad, eran por algo que iba mucho más allá de eso.

Jakah en serio extrañaba como la rubia ponía su cabeza en su pecho. Aún recuerda las veces en las que veía a la menor temblando de miedo, se acercaba a ella y la abrazaba con fuerza mientras le decía que todo estaba bien, luego se acostaban en cualquier lugar para que ella pusiera su cabeza en su pecho mientras lo abrazaba.

Mirando hacia las estrellas recordó unas palabras que sacudían con fuerza su corazón, sin saber el porqué.

"—¿Sabes algo?—Habló la menor ya estando tranquila.—Cuando tengo miedo me gusta recostarme en tu pecho y escuchar tus latidos, me hacen sentir en paz y protegida.

El ojiverde sonrió enternecido ante las palabras de la rubia.

—Me aseguraré de que así sea siempre, seré un refugio para ti Sunhye."

Se levantó y extendió su mano hacia Noa sonriendo levemente.

—Vamos, debemos ir a practicar, mañana hablaremos más con Shion acerca del tema.

Fueron a cambiarse y siguieron su rutina, pero Jakah seguía pensando en ella, preocupado por su salud y demás, de la misma manera Sunhye pensaba en él, en cuando podría verlo otra vez o cuando podría poner su cabeza en su pecho una vez más.

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