17- LO QUE SE PUEDE APRENDER DE UN GOLPE

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En la casa Tendo.

Akane había llegado de la escuela, Nabiki había ido a tontear por ahí con sus amigas así que volvería más tarde.

La casa estaba igual que siempre, o por lo menos cuando ni había nadie.

Akane sabía que la estancia del maestro happosai era irregular y que probablemente estaría haciendo sus travesuras, como él las llamaba, que en realidad consistían en robar ropa interior de mujer. Por más tiempo que pasara ella no podía entender cuál era el problema de los hombres y la perversión. Todos eran pervertidos en un grado u otro, unos parecían ser hombres totalmente decentes y correctos pero bajo esa piel se escondía un degenerado. Otros, como el maestro y sus amigos, simplemente lo anunciaban abiertamente.

Akane pasó por la cocina y las bolsas seguían estando ahí, aparentemente Kasumi había tenido prisa por algo y las dejó atrás, eso fue raro, normalmente no haría eso, pero no le tomó mucha importancia, ella lo acomodaría eventualmente.

Pasó por la sala y no encontró ni al tío Genma ni a su papá. Fue al dojo. Ahí estaba su papá pero no estaba solo. Al principio creyó que estaría con su tío pero se llevó una sorpresa. Había un hombre grande entrenando en el dojo.

Akane notó que su padre estaba dando la indicaciones acerca de algunos movimientos de agarre y derribe siendo él el ancla para luchar contra alguien supuestamente más grande. El chico parecía bien entrenado, aunque no parecía del tipo atlético como lo eran Ranma y su papá, no parecía que tuviera el físico acorde para el estilo de escuela libre más bien parecía un luchador de sumo.

Mientras el hombre practicaba notó la presencia de la nueva persona en la habitación.

Akane Tendo! Dijo el hombre pareciendo asustado.

La chica se sorprendió un poco de que este extraño la conociera pero cuando vio su rostro recordó que lo conocía de alguna parte Pero no sabía ubicar dónde.

No pensé que te encontraría en este lugar, lamento la intrusión gracias por permitirme entrar a tu casa dijo el chico pareciendo avergonzado con las mejillas coloradas.

Disculpa te conozco preguntó la chica siendo sincera.

Desgraciadamente para el hombre del sumo esas palabras rompieron más que un poco su orgullo y se deprimió en una esquina metafórica.

Si, claro, era obvio que no me recordarías... Dijo para sí mismo bajo una tormenta de depresión.

Me pareces familiar... Espera! Eres del equipo de sumo de la escuela!—  Akane subió su guardia inmediatamente —qué atrevido, venir hasta mi casa para intentar pelear conmigo? Que acaso ya no tienen respeto— gritó la chica molesta.

No eso es lo que piensas!

Cállate! eres igual a los demás!— gritó la chica saltando en el aire para patear el rostro del chico más grande.

Para sorpresa de Akane, Momotsuke, a pesar de su tamaño, esquivó la patada en el último segundo haciéndola pasar de largo.

El ataque de las chicas siguió implacable a pesar de sus momentánea sorpresa mientras tanto Momotsuke seguía esquivando los feroces arremetidas contra su persona en tanto el padre de la chica miraba entre sorprendido y preocupado por la reacción.

En repetidas ocasiones el chico grande intentó hacer que la chica parara su ataque pero Akane parecía estar enloquecida por la rabia.

Akane cálmate, déjame hablar, no estoy aquí para pelear solo vine a entrenar decía el chico grande.

Mentiroso! Gritó violentamente golpeando parcialmente la cara de Momotsuke pero desgraciadamente provocando una reacción.

Ella estaba casi en trance, en realidad estaba descargando mucha de su frustración reprimida que normalmente descargaría en Ranma y fue precisamente por eso que no esperó lo que acontecería  a continuación. Ranma jamás había contraatacado, no viciosamente al menos, sí, respondía a las agresiones de Akane, en realidad de cualquiera, pero normalmente usaban comentarios hirientes, aunque era más rabia infantil que otra cosa y nunca le hizo daño intencionalmente a otros a pesar de las innumerables veces en las que en realidad la mayoría de sus allegados se merecieron un puñetazo en la cara, incluyendo mujeres.

RANMA 1/2 YA NO VOY A PELEARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora