Una vez Yellow se estaba desahogando con Larry (con él específicamente porque Larry, al estar en la mesilla de noche, era el más cercano con quien pudo hablar) sobre lo que le hacía su padre y lo mucho que desearía tener afecto de su parte, Lars escuchaba atentamente hasta que Yellow lo abrazó, lo cual le pilló desprevenido. Larry, sorprendido, le aceptó el abrazo y le revolvía suavemente el pelo mientras lo intentaba calmar, Yellow se puso a llorar como nunca, pues Larry le estaba dando el afecto que Roy nunca le dió.
Desde ese día, Larry no es el mismo.
Adiós me voy a llorar