"-¡Anthony Stark, deja a Peter en paz!
-Señor Stark, su novia está molesta."
"-¡Por una mierda, Steve, dile a Clint que deje de llevarse mis flechas!
-¿Cuántas veces tengo que decírtelo? ¡Lenguaje!
"-Voy a decir que ese golpe no me dolió.
-Vas a se...
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En la extrañamente cálida nave, que ahora tendría que considerar su nuevo hogar, estaba Nova. Sentada alejada de las demás personas que disfrutaban de la música, se deleitaba con la vista de ver a todos bailar, tal como una familia. Pero a la vez, ella se sentía muy fuera de lugar.
No era amiga de los guardianes y quizás tampoco conocidos, solo compañeros de trabajo de vez en cuando, ya que Nebula había tomado la costumbre de llamarla cuando necesitaban de su ayuda. Como había pasado unos poquísimos días antes, cuando un hombre dorado -el que ahora está sentado como ella a unos pocos metros- había irrumpido en la nave, teniendo como víctima a Rocket.
Se había preocupado, claro que sí.
Pero no lo hacía notar, ya que ella y el mapache no se habían llevado del todo bien cuando se conocieron tiempo antes del chasquido.
Cuando quedó gravemente herido, ella no se acercó en lo absoluto, no sabía qué hacer o qué decir, así que solo se mantuvo alejada viendo cómo los demás ayudaban. No quería entrar en pánico, aunque la situación de Rocket parecía empeorar en cada minuto que pasaba. Las emociones y los sentimientos que Nova percibía eran muy fuertes, y significa una sola cosa: el mapache estaba teniendo recuerdos de su vida, recuerdos muy dolorosos.
Mientras algunos habían ido a buscar una contraseña para poder salvarlo, Nova se quedó para cuidarlo y así aprovechó para poder leerle la mente, otra vez. Con cautela se acercó a donde él estaba recostado y con suavidad colocó su mano sobre la cabeza del peludo.
Y sintió como una corriente eléctrica le pasaba por todo el brazo, en su mente empezaron a reproducirse los recuerdos, y su corazón estaba llenándose de sentimientos que no había tenido en un largo tiempo.
—Duele.
Era un Rocket muy joven con el cráneo descubierto, en una jaula sucia y oscura. Estaba hablándole a otro animalito que se encontraba al igual que él, atrapado, pero aún así ayudándolo.
Fue cuando Nova cayó en la realidad de que no solo eran dos, sino cuatro animalitos encerrados, torturados a base de modificaciones crueles.
Eran una conejita, una morsa, una nutria y un pequeño mapache.
Las memorias pasaban muy rápido, pero lo que más quedó grabado fueron las imágenes de ellos divirtiéndose y riendo, como si a su alrededor no existiera la maldad hecha persona.
