Reconexión | Genji x Kiriko | Overwatch

①. ❝𝗗𝗲𝗰𝗶𝘀𝗶ó𝗻❞

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Han pasado algunos meses desde que Overwatch volvió de manera oficial para enfrentar la terrible situación que el mundo está experimentando. Antiguos y nuevos miembros se han unido para asegurar la seguridad del planeta entero ante las numerosas crisis que los acechan. Siendo una mañana más en la Observatorio Gibraltar, el actual cuartel general de operaciones de la nueva Overwatch, los miembros del equipo que se encuentran disponibles se reúnen para recibir una actualización inesperada por parte de Winston, el cerebro del equipo. Aparentemente, una de las nuevas adiciones al equipo, conocida como D.Va, había escuchado algunos rumores sobre Japón, allá en su natal Corea. No podía confirmar nada, pero creyó prudente hacérselo saber a Winston. Así, ahora era este último quien explicaba aquello a los presentes.

—Hana destacó un lugar cerca de Tokio en el que podría haber problemas: Kanezaka.—Les comentó el gorila mientras las pantallas alrededor de la habitación mostraban algunas fotografías de aquella villa.

Apenas escuchar aquel nombre, dos de las presentes se notarían algo sorprendidas. Estas eran Tracer y Mercy, quienes se voltearían a ver la una a la otra en silencio, antes de que la primera hablara.

—Kanezaka... Ese era el hogar de Genji.-Señaló la castaña, refiriéndose al cyborg que no estaba presente en el momento.

—En efecto.—Le respondería Winston, preparando un tono de voz más suave para lo que diría a continuación.—Y por eso pensé que... sería buena idea mandarlo a él en una misión de reconocimiento.

Los presentes mostrarían clara sorpresa, y nuevamente sería Tracer la primera en atreverse a hablar, seguida de la doctora a su lado.

—Wow... Espera, ¿Estás seguro? ¿No crees que eso conllevaría mucho peso emocional para Genji?

—Como doctora debo concordar con Lena, podría no ser lo mejor para Genji.—La rubia haría una pequeña pausa, antes de continuar con un tono algo más bajo.—Y por eso odio tener que admitir que... quizá es nuestra mejor opción.

—¿Qué? ¿Habla en serio, doc?—Le preguntaría Tracer a modo de respuesta, claramente preocupada.

—Él vivió y creció allí. Es quien mejor conoce la zona. Además, mejor que nadie sabemos lo eficiente que es Genji. Él podría ir a echar un vistazo sin que nadie se entere de su presencia.

Los intercambios de opiniones continuarían unos momentos más, para entonces ser interrumpidos cuando una silueta familiar se hizo presente en la habitación; como una sombra saliendo de su escondite. Se trataba del mismo Genji, quien aparentemente había estado escuchando todo a escondidas. Mientras se acercaba a los demás, Tracer volvería a hablar, tratando de disimular.

—¡Ah! ¡Genji! Espero que hayas podido descansar bien.

Pronto, el ninja hablaría en un tono suave, distinto al que podría haber usado hace muchos años.

—Descuida, Lena. Aprecio mucho tu preocupación.—Le respondería a la castaña, mientras ponía una mano sobre uno de los hombros de ella de forma amistosa.—Todos, tranquilos. He hecho las pases con mi pasado. No cargo con arrepentimientos en mi corazón.

Así, el cyborg se mostraría firme ante todos, aclarando su voz en un tono más decidido.

—Les pido que me confíen esta misión.

Winston miraría a Genji con suma atención, percibiendo su determinación. Por su parte, Mercy volvería a hablar, dirigiéndose al japonés.

—¿Estás seguro, Genji?

—Es lo mínimo que puedo hacer. Por favor.

Al responder, podría notarse la completa disposición del ninja ante la idea. Así, tras unos segundos de silencio y un intercambio de miradas entre los presentes, Winston daría la orden oficialmente, mostrando una sonrisa confiada dirigida a su compañero.

—Muy bien. En ese caso, confiamos en ti, Genji.

Apenas unas horas después, todo había quedado listo para el viaje de Genji.

• • •

La nave que transportaba a Genji despegó y comenzó a surcar los cielos con el suave zumbido de sus motores llenando el aire. Genji se hallaba sentado con las piernas cruzadas y los ojos cerrados mientras se concentraba en su respiración. Meditaba, en un intento por calmar sus pensamientos de camino al lugar que fue su hogar. No iba solo de momento; Tracer se encontraba en la cabina, vigilando atentamente los instrumentos de la nave mientras los piloteaba hacia su destino. Ella solo se encargaría de llevar a Genji, pues así su llegada sería más pronta. Los pensamientos de Genji regresaron a la conversación que tuvo con los demás antes de marcharse. No podía evitar sentir un sentido del deber y responsabilidad hacia su tierra natal. Después de todo, Kanezaka fue donde creció, donde aprendió los caminos del ninja y donde perdió su humanidad. Era un lugar que tenía un gran significado para él. Sus pensamientos, sin embargo, se verían interrumpidos por la voz de su compañera, quien habría notado su inquietud al echar un vistazo a atrás desde su asiento.

—¿Estás bien, cariño?—Preguntaría, con ligera preocupación.

Genji abriría los ojos y se giraría para voltear a verla.—Estoy bien, Lena. Solo reflexiono sobre mi misión.

Tracer frunció el ceño levemente.—¿Estás seguro de que quieres hacer esto solo? No es como que realmente se lo debas a Overwatch ni nada parecido.

Genji sacudió suavemente su cabeza en negación.—Te equivocas... Les debo mucho. Les debo ser alguien mejor. Se trata de hacer lo correcto. Enmendar los errores de quien fui, con quien soy ahora.

Una pequeña sonrisa se formaría en el rostro de la castaña al notar la resolución de su compañero.—Bueno, siendo así, que sepas que no estás solo. Te apoyo al 100%.

—Gracias, Lena. Aprecio tu compañía tanto como siempre.—Le respondería el ninja, con un tono algo aliviado.

—No hay de qué, cariño. Ya sabes que yo te cubro las espaldas. Siempre ha sido así, y siempre lo será.

Aquellas palabras resonarían dentro de Genji, quien recordaría lo que él mismo había dicho en la reunión de hace un par de horas: "Es lo mínimo que puedo hacer". Así, casi sin darse cuenta, el japonés volvería a hablar, más bien como si pensara en voz alta. Deseando sincerar sus pensamientos más profundos a la que había sido una gran amiga para él desde hace tantos años ya.

—Es justo a eso a lo que me refiero... Esto es lo mínimo que puedo hacer. Por el lugar que me vio nacer y crecer... y por el equipo que me salvó la vida y se convirtió en mi familia.

Ante aquella confesión, Tracer mostraría una sonrisa enternecida, grabando las palabras de su amigo en su mente. Entonces, se enfocaría nuevamente en pilotar la nave, sin decir más. Cualquier otra palabra entre los dos era innecesaria. Ambos se sentían en tan buena sintonía como de costumbre. Así, el resto del viaje fue silencioso, pero calmado y agradable. En tan solo unas pocas horas llegarían a su destino.

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