𝟎𝟒。estofado de pollo . . .

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Rosa estaba echada en el sillón de la sala igual que una foca en la playa. Un rico aroma a comida llegaba hasta su nariz. Se encontraba viendo Instagram desde el celular de su amiga Camila. Un día y medio había pasado desde la mítica fiesta de navidad, y su fono seguía sin aparecer por ningún lugar, por lo que ante la abstinencia y decepción había decidido instalarse en la casa de la morocho con el único fin de poder usar las redes sociales cuando quisiera, hasta conseguir un nuevo celular o recuperar el antiguo. Todo desde su propia cuenta, claro estaba.

Se reía suavemente al ver las fotos con desconocidos con los que jamás imaginó interactuar. Había sido etiquetada en varios posteos con recuerdos de aquella noche, pero nadie de los presentes parecía ser quien tuviera su celular. Le había preguntado a todos los que veía que habían interactuado con ella, e incluso a algún otro demás del que sospechaba, pero cada uno de ellos lo negaba como sus su vida dependiera de ello. Ninguno tenía su celular, o al menos eso decían. O todos se estaban haciendo los boludos, o se había desintegrado, otra no quedaba. Rosa se estaba empezando a desesperar.

Rosalinda se negaba a la idea de pedirle ayuda a la policía. Camila había sido la primera en proponerlo, y Rosa simplemente lo rechazó largando un grito desde lo más profundo de su pecho. "Yuta puta", fue lo que expresó, Camila no pudo hacer más que bufar. Para Rosa era absurdo pedirle ayuda a la policía. Investigarían a todos los presentes en la fiesta, y probablemente más de un asunto con las drogas saldría a la luz. No podía permitir que eso pasara, su carrera recién parecía empezar como para terminarla a lo gran Lindsay Lohan. 

Pasó su dedo por todo el inicio, para finalmente abrir las historias. Comenzó a chusmear a todo aquel que seguía, actrices y cantantes entre ellos, para finalmente acabar viendo las de su amiga Camila, quién en aquel momento se encontraba en la cocina preparando la cena para esa noche: estofado de pollo. Iba a comer un poco, aunque probablemente lo terminaría vomitando. Tenía millonada de historias, hasta ese día seguía reposteando publicaciones en las que había sido etiquetada, de navidad. Mas, Rosalinda estaba un tanto desinteresada de esas fotos, por lo que simplemente las pasaba tan rápido como su dedo índice lo permitiera.

Sin embargo, una de ellas llamó su atención. Y se lamentó por haber pasado todas las historias tan rápido cuando llegó al final —cerrando así las historias de su amiga— y tuvo que volver a observarlas todas desde el principio. Entonces, cuando finalmente llegó a la que deseaba, dejó escapar un grito tan fuerte que asustó a la mayor.

─── ¡Oriana! ───expresó la menor, asustando a su amiga quien rápidamente corrió de la cocina hacia ella, viendo una publicación en la que ella estaba. La rubia y su amiga posaban juntas ante la cámara, y a su lado estaba Oriana Sabatini. Había finalmente desbloqueado uno de los recuerdos de esa noche. ─── ¡Le di el celular a Oriana para que se agendara y pasara unas fotos que sacamos! Estas fotos. Lo debe tener ella.

No había recordado su pequeña interacción con la hija de Catherin Fulop hasta ese momento. No sabía como había sucedido todo con exactitud, pues todo estaba borroso en su mente, pero era claro para ella que había dejado su celular en manos de la pelinegra, como si se tratara de su amiga de toda la vida.

─── ¿Oriana? ───consultó Camila, caminando hacia ella con una cuchara de madera en la mano, llena de salsa chorreando─── ¿Cómo que Oriana? ¿Cómo sabes que lo tiene ella? ¿Oriana te lo robó?

Rosalinda le pegó en el brazo ante su estupidez.

───Nos sacamos fotos con ella desde mi celular, y sé que se lo di para que se agregara a contactos y se las pasara ───explicó Rosa, parándose en el sillón en el que estaba tirada, caminando por los almohadones hasta estar frente Camila, mostrándole la historia mientras sostenía la pantalla───. ¡Y me fui! La dejé con mi celular y nunca más lo volví a buscar. Que boludaaaa... por dios. Una vergüenza. Hubiese preferido que me lo choreen, ¿sabes?

───Bue, no digas eso, que bien que estabas llorando por el celular ───le recriminó, señalándola con la cuchara, provocando que se alejara por miedo de ser manchara───. ¿Y por qué no me dijo antes que ella lo tenía?

───Y... porque no se debe acordar de quién es, como nosotras que se lo dimos a ella ───dijo, explicando, como si tuviera todo el sentido del mundo───. Mi celular tiene contraseña, y ni fondo de pantalla tiene. Es todo rosa. No debe tener idea.

───Bueno, entonces llámala, dale, usa mi celular ───le ordenó, volviendo a la cocina, cansada de toda la situación───. Y apurate, porque en unos días se debe estar por volver a Romsa, así que...

Y eso bastó para alarmar a Rosa. Sí, ella debía apurarse si quería obtener su celular.

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fun fact: toda la historia del celular me pASÓ, TODO

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fun fact: toda la historia del celular me pASÓ, TODO

໑ 𝐑𝐎𝐒𝐀𝐋𝐈𝐍𝐃𝐀'𝐒 𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓 : paulo dybala & oriana sabatiniWhere stories live. Discover now