𝟎𝟐。el celular . . .

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Rosalinda estaba emborrachada. Totalmente descontrolada. Tipo, realmente descontrolada. Alcoholizada. Mamada. Loca. Puesta. Entonada. Volteada. Fumada. Porreada. Pirada. ¿Hace falta seguir? Ella estaba re en otra. Había tomado tanto vino blanco, a falta de gancia, que ni siquiera reconocía su propio nombre. Sus cabellos estaban despeinados, y un poco transpirados. Un brillo natural se formaba sobre su piel debido al calor generado por la muchedumbre. Sus mejillas estaban rojas, y sus prendas bastante descolocadas. Definitivamente no lucía para nada como había comenzado la noche.

La invitación a aquella fiesta le había llegado hace ya días, recién cuando Camila comenzaba a organizarla. Le había comentado la idea de reunir varios amigos, e incluso a algún que otro miembro copado de la familia —cosa que había descartado teniendo en cuenta la cantidad de sustancias que volarían de aquí para allá durante esa noche—, sin embargo, Rosalinda no le prestó mucha atención porque no quería participar de esta. Se había prometido a sí misma que bajaría un poco más de peso para la siguiente temporada, y para ello debía cortar con la joda. Porque para ella, al estar en una joda era imposible resistirse al alcohol, y el alcohol aportaba muchas calorías a su cuerpo, así que se había negado rotundamente a ir.

Pero cuando se hicieron las tres de la tarde del veinticuatro, y su amiga le envió una foto con todo el alcohol reunido para la noche, y el outfit elegido que se pondría, le fue imposible no caer ante la tentación, por lo que salió de su cuarto lo más rápido que pudo para ir a bañarse y comenzar a preparase. Agradecía no haber almorzado nada aquel día, así la ropa le sentaría mejor y estaría más bonita para las fotos. Se duchó, depiló, peinó, se encremó, y finalizó con más de una mascarilla en su rostro. Le encantaba todo ese proceso. Era como su ritual de belleza, y sinceramente parecía darle efecto. El amor propio era importantísimo para ella, y se demostraba en cada una sesión de baño. Cuando fue la hora se vistió, se peinó y se maquilló, para finalmente llamar a su chofer para que la llevara.

Llevaba un vestido de satén corto, pegado al cuerpo, color rosa pálido. Su cabello estaba ondulado hacia un lado, y sus zapatos y maquillaje iban a juego. Era característico en ella aquel color tan femenino. Hacía honores a su nombre al gustarle tanto el color rosa. Encima se sentía como una barbie, cosa que amaba con todo su corazón. Adoraba sentirse femenina, y eso lo demostraba con cada una de sus salidas, en las que portaba las más cortas faldas, y ropa ajustada que no cualquiera luciría. El frío poco le importaba, a pesar de que realmente lo padeciera. De ser demasiado para ella, le pediría una abrigo a su amiga, o buscaría un chico lindo al cual coquetear y mendigar un poco de calor, de cualquiera de las formas en las que se lo quisiera dar.

Finalmente había llegado, llevando de regalo simbólico unas cuantas botellas del mejor champagne que podía encontrar. Fue recibida por Camila, a quién saludó con mucho entusiasmo, para luego comenzar a chusmear entre la gente que ya había arribado. A algunos los conocía, a otros tantos no. Pero poco les importó las afinidades en cuanto el alcohol comenzó a hacer efecto entre ellos, al igual que el porro aportado por la joven modelo.

໑ 𝐑𝐎𝐒𝐀𝐋𝐈𝐍𝐃𝐀'𝐒 𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓 : paulo dybala & oriana sabatiniTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang