WOLF IN SHEEP'S CLOTHING ━━ bella swan

CAPÍTULO DOS

WOLF IN SHEEP'S CLOTHING
capítulo dos

—¿Vas a quedarte ahí al acecho o piensas entrar? —Nathaniel estaba de espaldas a la puerta de su habitación. Edward dudó, pero entró de todos modos. Nathaniel dejó el reloj en la cómoda y se volvió hacia su hermano. 

—Tenemos que hablar —Nathaniel se echó hacia atrás y cruzó los brazos sobre el pecho. Sus pupilas se dilatan mientras evalúa a su hermano—, Alice tuvo una visión.

—Eso no es nada nuevo. Por cierto, ¿qué tiempo hará mañana? —Edward suspiró forzadamente haciendo que la sonrisa burlona volviera a aparecer en el rostro de su hermano.

—Tiene algo que ver con la hija del jefe, Isabella Swan, se supone que pronto empezará en la escuela, —afirma Edward. Nathaniel se encoge de hombros negando levemente con la cabeza.

—¿Y eso tiene algo que ver conmigo por qué?

—Alice dijo que estabas involucrado con ella de alguna manera. No sabemos mucho más que eso. —Nathaniel le mira con fingida sorpresa.

—¿Ah sí? Dime Eddie ¿qué estaba haciendo exactamente con dicha humana? —Edward fija la mirada en su hermano mientras lee sus pensamientos.

—No es así Nathaniel. —Se burla empujando fuera de la cómoda, los brazos cayendo a los lados.

—¿Qué fue Eddie? Sabes que no puedes mentirme —Edward se sintió tenso al saber que tenía razón. Ese era su don. Distinguía las mentiras de la verdad y era capaz de sacar verdades a humanos y vampiros por igual.

—Estabas... muy unido a ella. —Nathaniel puso los ojos en blanco ante las dudas de su hermano.

—Edward ¿podemos dejarnos de tonterías un momento? —Pregunta.

—Creemos que es posible que ella pueda ser tu compañera, —Edward hizo una pausa para dejar que las palabras calaran. Sabía que esto terminaría de dos maneras con Nathaniel. Una, haría caso de su advertencia y se mantendría alejado de la humana, o dos, haría todo lo contrario de lo que le había dicho, porque Nathaniel odiaba que le dijeran lo que tenía que hacer.

En el rostro de Nathaniel se dibujó una expresión de dolor durante un breve instante antes de volverse neutra.

—Alice te vio cubierto de sangre, no sabemos con certeza si fue esta chica Isabella pero si sabemos que estaba relacionado con ella. Has llegado muy lejos Nate, que me parta un rayo si esta chica lo estropea —Nathaniel se tensa con expresión pétrea. Mira hacia abajo por un breve momento murmurando.

—¿Que te parta un rayo? —Edward frunció el ceño mirando a su hermano con preocupación. Nathaniel negó con la cabeza antes de pasar junto a su hermano y salir de la habitación.

Nathaniel se recostó contra la corteza del árbol. Estaba sentado en lo alto de un árbol de hoja perenne, en una colina desde la que se divisaba una eterna sucesión de árboles de hoja perenne. Jugueteó con la caja de cerillas que guardaba en el bolsillo y encendió una antes de lanzarla hacia abajo, donde se apagó antes de golpear ligeramente el suelo.

Una compañera.

La palabra se le agrió en la boca al intentar pronunciarla. Nathaniel nunca pensó que en cien años podría encontrar pareja. Todos, menos él y su hermano, habían encontrado pareja. Carlisle encontró a Esme, Rosalie a Emmett y Alice a Jasper. El tipo de monstruo que era no merecía el amor y mucho menos de un humano. Nunca funcionaría. Alice lo vio lastimarla si no directamente. Era un monstruo, todo lo que tocaba se convertía en ruina. Era una bestia. La sed de sangre es lo que lo mantiene en marcha, una máquina animal que funciona con el color rojo.

La felicidad no estaba en las cartas para él. Si se permitía la tentación correría a ciegas hacia algo que seguramente sería su perdición.

No debería ser difícil mantenerse alejado, pensó.

Los humanos nunca se molestaron en interactuar con ellos, salvo unos pocos que se atrevieron a invitar a su hermano y a él a un baile de fin de curso. Así que esta no debería ser diferente, no es más que otra humana.

Basándose en lo que Jasper le había dicho, el vínculo de pareja era fuerte, se sentían atraídos el uno por el otro como imanes, siempre había esa atracción, incluso cuando estaban lejos, no importaba dónde miraras, todo lo que veías eran ellos.

Nathaniel no creía poder sentirse atraído por alguien así, porque siempre que a Nathaniel le gustaba algo se convertía en cenizas a su alcance.

Tenía que tomar una decisión, pero primero no podía hacer nada hasta que supiera con certeza qué efecto tendría esta humana en él, si es que había alguna reacción. Sabía que las visiones de Alice no eran seguras, sino que se basaban más en las decisiones de la propia persona, pero no le apetecía involucrarse con la humana incluso ahora que sabía que podía ser su pareja.

Sería imposible.