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──¿Podrías decirme que hacemos en este lugar?

Observé a ocho a mi lado, estábamos en la Comisión. Ella estaba ahí mirándome con seriedad y aún embarazada. Trague saliva y me acerque a ella para abrazarla. Ella se quedó estática un segundo tras mi abrazo, pero luego lo correspondió y me abrazo con la misma intensidad que yo lo hacía. Me separe unos minutos, cuantos no sabría, pero lo hice. La miré a los ojos y tomé su mentón para besarla.

Sus labios se sintieron cálidos y suaves, besarla era algo que había esperado. Ya lo había hecho, pero cuando lo hice sabía que la perdería, que sería uno de los últimos besos. Este no será el último, será el primero de muchos. Las lágrimas cayeron por mis mejillas y ella se separó confundida.

──¿Cinco estas bién? –pregunto mirándome.

──Hemos venido a salvarte.

Fruncio ligeramente el ceño e iba a replicar mi respuesta, pero la besé y no pudo decir ni una sola palabra. Me siguió el beso con lentitud y luego comenzo a jugar con mi cabello.

Esto era lo que deseaba, lo que en verdad anhelaba tener y sentir. Estar con ella es magnífico, especial y tranquilizador. Simplemente ella es quién me hace sentir así. Solo ella.

Sonreí levemente en cuanto nos separamos y observe sus labios húmedos tan cerca de los míos. La acerque a mí y susurré.

──Prometo salvarte.

Se quedó estupefacta. No lo entendía, ni iba a poder entender lo que estaba pasando. Simplemente sonrió levemente y me incorporó.

──Yo necesito que te quedes aquí... Yo vendré por tí después.

──¡Pero yo debería ayudarte y deberias decirme lo que se supone que vamos a hacer!

La observé un tanto molestó, pero luego recordé que es una persona muy testaruda y seguramente no haría lo que yo le pida. Me acerque a ella y suspiro para decirle lo que tiene que hacer.

──Bien... Harás lo mismo de la primera vez.

──¿La primera vez? ¿De que hablas?

──Vas a ir por un maletín ahora mismo, y te quedaras ahí. Deberás ver cómo lo sacas o simplemente quédate ahí.

──Eso es...

──Solo quédate ahí, por favor.

Asintió dubitativa y luego se levantó ella también para avanzar hacía mi y abrazarme.

──No se porque haya sido ese besó, pero te amo.

Escuchar esas palabras salir de su boca, oír su voz y sentir el calor de su abrazo me hizo recordar que esto era lo que tanto había esperado. Disfruté unos segundos aquel hermoso abrazó y me separe rápidamente para poder salir cuanto antes de aquí. Mantenerla a salvó.

──Debemos salir de aquí.

Vi en sus ojos la desilusión al no obtener la respuesta que esperaba de mí. Pero ahora no podía estar haciendo ésto, será en otro momento, lo importante es su seguridad.

Tome una carpeta relacionada con el Apocalipsis y salí fuera de aquel lugar para ir al baño a revisarla. Le diría a ocho que se quedará en ese lugar mientras tanto, pero ella me siguió sin decir nada. Al entrar al baño la escuche quejarse de su condición y el cansancio que este le brindaba.

Oírla quejarse era... reconfortante, si lo era. Me hacía volver a aquellos días en los que ambos pasabamos juntos en mi habitación leyendo libros, peleando o simplemente estando juntos sin decir una sola palabra. En esos momentos la vida era más fácil. Me encantaría volver el tiempo atrás, pero de nada serviría.

A broken promise || Five Hargreeves #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora