— ¿Que planean hacer con Elisabeth Zhang? – preguntó Remo posando su mirada en Enzo y luego en mi.

Alguien había tenido el suficiente valor para pronunciar aquellas palabras en voz alta. Remo transmitía el mensaje de aquellos hombres que se encontraban en la propiedad y necesitaban saber a lo que tenían que enfrentarse. Los entendía perfectamente pero precipitarse no serviría de nada.

Hasta el momento no tenía una respuesta sólida pero quizás Enzo sí. Él disponía de más información con respecto al siguiente paso que deberíamos dar. Estaba mas que segura que el jefe Vittore atacaría en cualquier momento ...
Se produjo un breve silencio antes de escuchar la respuesta de Enzo.

— Debemos esperar el momento adecuado –puntualizó.
— Señor... –habló Remo.

Marcus negó en dirección de Remo Monti para que se detuviera. Mientras tanto Santino Ferrara únicamente observaba la escena en silencio y sin intención de intervenir.
Refutar una orden sería como desafiar el liderazgo de los Vittore y eso podía convertir a cualquiera en persona non grata.

— No lo detengas, – intervino Enzo – me gustaría escuchar lo que tiene que decirnos.
—Señor, ella lo inició y debemos responder por lo que le hicieron a los nuestros –aquellas palabras contenían rabia.
— El período de luto no ha empezado y sugieren ir detrás de los responsables – excepto Enzo – Zhang pagará por su crimen pero no será el día de hoy. No quiero ningún fallo en la seguridad – ordenó Enzo con voz firme.

El ambiente se volvió tenso y minutos después la reunión se terminó, cada uno volvió a su respectiva tarea.

Pensé que el personal de servicio se había marchado esta mañana con Caesar Velluti aun así se escuchaba un poco de ruido en la cocina. Posiblemente es alguien que tiene hambre y vino a buscar algo para comer.

En verdad no habíamos hablado quién se ocupará de alimentar a la pequeña legión de esta mansión ya que habían otras prioridades en la mesa. Solo por unos días podemos sobrevivir con un plato sencillo o alguna pizza ¿verdad?.

Abrí la puerta sin hacer ruido y en el interior de la cocina se encontraba una mujer de espaldas que reconocí de inmediato, se trataba de Elettra que estaba cerrando el horno. Ella era una mujer de unos cuarenta años de piel ligeramente bronceada, su cabello negro apenas tenia canas visibles y aquella mirada de ojos marrones. Elettra Zanetti además de ser la esposa de Aro Zanetti también es alguien muy especial para los hermanos Vittore.

— Buenas tardes, señora Zanetti– salude dedicándole una sonrisa amistosa.

Ella limpió sus manos en su delantal antes de acercarse. Por unos instantes aquel gesto me resultó tan cálido y hogareño que incluso hizo que la reunión con Enzo y los demás se sintiera como un recuerdo pasado...

— Señorita Lenkov – respondió a mi saludo depositando dos besos en cada mejilla.

Desde que conozco a Elettra siempre ha sido dulce conmigo y mi primo. No era necesario preguntar qué hacía aquí aunque me sorprendió que Aro permitiera que su esposa viniera hasta este lugar sabiendo lo que podía pasar. Las esposas del clan Vittore pocas veces salían del territorio del clan aunque había pequeñas excepciones.

—¿Enzo sabe que estás aquí ? – Elettra se limitó a asentir.

Ella fue en busca de ingredientes para terminar de preparar una ensalada. Elettra empezó a cortar los ingredientes y luego se detuvo.

— En un par de horas vendrán por nosotros para llevarnos al funeral – su voz se entrecortaba mientras apretaba el cuchillo con fuerza mientras cortaba tomate– La madre de Enzo te envío lo que debes usar. – Hubo una pequeña pausa – El jefe Vittore y el jefe Lenkov están de acuerdo en que vayas a presentar tus condolencias.

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