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Un irritante ruido suena cerca de mi, con la mano trato de buscar aquel objeto y apagarlo, levanto mi cabeza y con los ojos entreabiertos busco el celular de Charles, esa era su alarma, lo apago una vez lo encontré entre las sábanas, me senté al ver el lado de la cama vacia.

Agarre la camisa de Charles y me la puse después de salir de la cama, revise el baño pero no estaba, ¿donde estará?

Salí de la habitación con mis brazos cruzados a la puerta de enfrente, donde Pierre se estaba quedando, toque la puerta un par de veces, pero no había respuesta, mierda, ¿tendré que ir a todos los pisos a preguntar?, justo cuando me iba a dar por vencida, la puerta se abre a mis espaldas dejándome ver a...un momento, ¿Francisca?

-Hola vecina.- me dice ella con una sonrisa, bajo mi mirada y veo que está envuelta en sábanas, levantó una ceja junto a una mirada pícara.

-Oh, Francisca, no sabía que a Pierre le gustaban las portuguesas.-ella se sonrojo.-de casualidad ¿se encuentra Pierre? .-ella niega.

-¿Dónde mierda se metieron?

-¿Tu novio también desapareció? .-asenti.

-Dejó su celular, oh tratare de llamar a Pier.-me callé cuando la castaña me mostró el celular de mi amigo Francés.-Los voy a matar.

-Llevo despierta un buen rato, él ya no estaba.

-Oh bueno, ¿quieres hacerme compañía?, te prestaré de mi ropa, para que no andes con la sábana.-bromee mientras caminaba de regreso a mi habitación y ella me seguía por detrás.

-Es que no pude encontrar mi ropa.-dijo apenada.

-No te preocupes, a veces pasa.-reí mientras ella me recibía la ropa que le había tendido.

-Gracias.

Le indique el baño para que se cambiara, yo hice la cama y recogí las ropa que estaban tiradas en el piso, me cambie rápido por un vestido antes de que saliera la castaña del baño.

Con la portuguesa nos quedamos hablando un buen rato, esperando a que los chicos llegaran, ella se quería ir a su hotel, el cual estaba al otro lado de la ciudad pero no la deje, no sabia porque pero sentía que Francisca hacía un buen match con Pierre, y quiero hacer mi juego de cupido.

-Ya volví amor.-entra mi castaño con unos cafés y una bolsa en la mano.

-¿A dónde fuiste? .-Me senté en la cama.

-A comprar el desayu...oh hola.

-Hola.

El francés entró a la habitación también con unos cafés en la mano, pero este estaba cabizbaja.

-se fue Charles.

-¿Quién se fue?, ¿Francisca? .-pregunté yo caminando hacia ellos.-está detrás de mi Pierre.

El recién nombrado levantó la mirada para encontrarse con la portuguesa.

-Oh, pensé que te habías ido.

-Me quede hablando con Morgan, aparte no encontré mi ropa.

-Oh, pues me alegro.-el sonrio, yo le di un beso en la mejilla a mi novio quien me rodeo con sus brazos.-¿comamos desayuno?, tengo hambre.

-¿Porque los dos dejaron los teléfonos? .-pregunté mientras nos sentamos en la cama, con mi café en mano.

-se nos olvido.-subieron sus hombros, agradezco el hecho que hayan ido a comprar el desayuno cuando tenemos un restaurante abajo parte del hotel. No tenía muchas ganas de bajar.

Según lo que me comentó Charles del francés, es que le había gustado Francisca, ella me dijo lo mismo, sintieron como una conexión especial entre ellos, por lo que se fueron una vez acabaron de comer a pasear por la ciudad.

-No me dejaste una nota al salir.

-No pensé que nos tardariamos tanto la verdad.-beso mi mejilla.-perdón por no avisarte.

-Ya no pasa nada.

-¿Quieres salir a pasear?

-¿A dónde quieres ir ?

-No tengo idea, solo quiero salir a dar un paseo contigo.-me sonríe tierno.

.

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.

.

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-!Quitatela, te va a matar! .-grito mi novio con desespero.

-Que no pasa nada hombre.-rodee mis ojos.

-Te va a estrangular.-decía Charles mientras daba unos pasos atrás.

-Que no Charles, estoy bien.-niego divertida, nos habíamos encontrado a un señor con una pitón en el camino, para tomarse fotos, pero claro la fobia de mi novio no lo dejó acercarse, por lo que me estaba tomando la foto yo sola.

-Que miedoso eres.-rei.

-Ay si, pero no vaya a pasar un ratón en frente tuyo que chillas.-gruñó él.

-Son asquerosas.-puse cara de asco mientras el señor me ayudaba a quitarmela de encima.

-Me pasa lo mismo con las serpientes amor.-frunció sus labios.-¿ya nos vamos?

-Espera, mi foto.-Una vez me la entregan Charles me agarra de la mano y salimos de allí a paso apresurado.-¿si sabes que no nos va a perseguir, verdad?

-Nunca se sabe, mejor prevenir que lamentar ma cherie.

Eso estuvimos haciendo por el resto de la tarde, ya me dolían los pies de tanto caminar, pero disfrutaba cada segundo de poder compartirlo con Charles, mayormente hablamos de puras tonterías, por lo menos ahora sabe insultar en Alemán, y puede que le haya enseñado alguna que otra palabra en español...nada malo la verdad.

-¿Si será que formamos una pareja?.-frunzo mi ceño confundida.

-¿A qué te refieres?

-Pierre y Francisca.

-Tu no hiciste nada, yo los presente.-levanté una ceja sonriendo.

-Bueno.-el rodea los ojos.-¿crees que si se gustaron?, no había visto a Pierre así antes.

-Van a terminar juntos, ya veras.- entramos al hotel, esperando el ascensor.-tengo un buen presentimiento.

Nos subimos al ascensor una vez llegó, las puertas estaban a punto de cerrarse cuando una mano la detuvo, mire al individuo al escuchar mi nombre saliendo de sus labios.

-Oh Morgan, ¿no fue así como nos conocimos?.-El hermano de mi novio me saludó de un beso en la mejilla, más bien dos.

-¿Qué haces aquí?.-pregunte, ya que no tenía idea de que Arthur estuviera en la carrera de esa semana.

-Vine a pasear, aparte, quedé con Lando para salir hoy.

-Eh, ¿hola?, no soy invisible Arthur.-se escuchó a mis espaldas.

-Oh si, hola hermano.-levantó su cabeza en modo de saludo y luego volvió su mirada a mi, Charles bufo.-¿te veo luego si? .-me beso las mejillas y salió de mi campo de visión.

-¿A ustedes qué les pasa? .-le pregunté a mi novio.

-Que se yo, él se ha estado comportando raro últimamente, ya ni me habla.

-Ya se le pasara.

Las puertas se volvieron a abrir para dejar ver a nuestro amigo Madrileño.

- Hola melosos.

-Niñato cabrón guarro.-me aguante la risa al ver como Charles apuntaba a Carlos, quien frunció su ceño de inmediato, y me quedo mirando reprochandome.

-Cabron tu.-Charles quedó confundido.-¿por qué le enseñaste a insultar?

-yo no hice nada.-apreté mis labios fingiendo demencia.

-si claro, y la reina isabel es mi bestie.

The Faceless Driver - Charles Leclerc Where stories live. Discover now