Nota #3: 25.04.23

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Esta vez no es un ardor en el pecho, es el deseo de escribir para ti

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Esta vez no es un ardor en el pecho, es el deseo de escribir para ti.

Son las 03:19 de la madrugada. La oración esta vez fue bella, pero siento necesidad de hablarte así: a través de mis letras.

Mi amado Yavé, dime qué quieres oír. Díctame las palabras y yo las eternizaré para ti. ¡Qué bello don me has dado! La capacidad de tomar lo efímero de un pensamiento y convertirlo en un trozo de arte inmortal. Moriré yo y se pudrirá mi cuerpo, pero lo que escribo para ti aquí quedará.

Exalto tus ejércitos celestiales, porque sé que acampan en mi casa. Sé que guardan mis pasos, porque los siento cada que me acuesto y me levanto. ¿Recuerdas cuando no podía ni apagar la luz por temor a que los demonios volvieran a acosarme? Los tiempos en que tenía que escuchar "The Blessing" para poder dormir. Ahora me veo y sonrío porque la oscuridad no me aterra, porque tomaste a esta cobarde y le ayudaste a confiar en tus ejércitos celestiales.

Y esta cobarde sabe que invocar tu nombre es la protección más grande. Tal vez estoy siendo una inconsciente, porque invoco tu nombre y el de tu hijo para todo, pero no puedo evitarlo. Cuando los menciono me siento protegida, me siento valiente, me siento feliz.

Y pienso: "quiero que llegue el día de Yavé, el día en que pronunciar su nombre será ley". Cuando llegue ese día toda alma clamará a ti y toda boca gritará tu nombre, así que muchas voces reclamarán tu atención. Hasta que ese día llegue, quiero arrimarme a la fortaleza de tu nombre tanto como pueda, para que recuerdes mi voz en la venida postrera.

Yavé de los ejércitos, amo de las estrellas, no hay justicia como la tuya aquí en la tierra. Agonizamos y tropezamos con nuestras propias cadenas, tomamos el mal y lo llamamos "libertad verdadera". Esta generación de ingratitud me da vergüenza. Por favor, permite que veamos más allá de nuestras narices, tócanos y permítenos tener fe férrea.

Permítenos arrepentirnos de nuestros errores y enmendarlos. ¡Que toda rodilla ante ti se doble! Tú eres el único que merece tal honor. Rey y señor, danos un nuevo corazón. Un corazón de carne que te ame y ame tu ley. Un corazón que esté lleno de tu gozo y que cante para ti.

Sí, que cante esas canciones que susurras a nuestras almas. Esas canciones que son amor y danza. Yo misma no bailo, pero mis manos para ti cantan. Mi corazón entona tu alabanza y mi boca quiere endulzarse con tu palabra. Déjala, Yavé. Deja que tu palabra salga de mi garganta.

Sea tu Espíritu en mí y en todos aquellos que te agraden. Te ruego que fortalezcas a mis hermanos en la fe, que envíes tus tropas divinas a protegerlos a ellos también. Sea tu presencia con ellos en todo momento.

Sea tu presencia en mi casa, en mi familia y en mis sueños.

Amén.

04:42. Volviste a despertarme. Esta vez no sé si se trata de tu Espíritu, de un simple sueño o... de tu presencia en mis sueños.

BDM: Bitácora De MadrugadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora