Nahla

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En el este de china, en la dinastía Shang, en las orillas del mar pacífico una mujer bailaba lenta y dulcemente frente el océano y la desembocadura de los ríos que besaban el Mar Amarillo. Lento, apasionado, sensible y silencioso baile.

El sonido del río cambia, la mujer abre sus ojos y ve a un hombre, enorme, resbalando hacia el mar siendo empujado por el río. La mujer se acerca con rapidez, sus pies descalsos entran en las aguas del Mar Amarillo. El hombre parecía haberse rendido hace poco, la Wu, le agarra por debajo de los brazos y lo lleva hasta la orilla. Se pone de rodillas y le pega la oreja al pecho, su corazón latía, lento, desendía.

-Hoy no querida muerte- Dice para ponerle las manos en el pecho y empezar a acer presiones repetidas veces. Se acerca a los labios del hombre y sopla con algo de fuerza. Se separa y repite el proceso hasta que este parece despertar vomitando el agua que había tragado involuntariamente.
Se pone de lado procediendo a seguir vomitando agua. Su consciente no dura mucho y su cuerpo cede al descanso profundo.

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Una dulce canción, un dulce canto en un idioma extraño levanta al hombre que había desendido de los ríos. Shan yu, abre los ojos lentamente para encontrarse recostado dentro de lo que parecía una choza, una muy grande. El estaba recostado en una hamaca, solo con una manta puesta. Miró mejor si alrededor, y al poco rato pudo escuchar con más claridad el canto y las aguas. ¿Agua? El provenía de China Central, ¿Cómo había llegado a las orillas? Oh, sí, esa mujer...

-Despertaste- Una voz, tranquila y dulce, de un acento extraño -aunque entendible- le hace recuperar conciencia en el presente. Mira a su izquierda encontrándose con un rostro...se podría decir exótico, definitivamente no era china, ¿Romana? Tenía algunos rasgos ¿Quizás de Constantinopla? ¿Egipcia? ¿Africana? Podía encontrar los rasgos de todas las naciones y esta mujer tendría de todo un poco. ¿Pero china? Ja, ni pensarlo.

Baja la mirada y de inmediato voltea a otro lado.

-¿Mh?- La mujer le mira, ligeramente extrañada.

-Casi no tienes ropa, ponte algo, no sea descarada-

-Tengo ropa- Dice la mujer que solo lleva un top muy condecorado y una falda corta, igual de decorada, que le llegaba a mitad de muslo.

-De donde vengo, ni las guerreras se ponen tan poca ropa.-

-No estás de donde vienes, el río decidió acogerte en otras manos.- Ella se abre un espacio en la hamaca y se sienta, lleva un envase en manos.
-Abrid, para recibir el bautizo del río-

-...- El hombre no protesta mucho por la ropa, le era incómodo, pasar de lugares fríos y de donde la mujer no demuestra, a...ella.
-¿Que es eso?-

-Nahla... tu primer trago de agua...- Dicen acercando el contenedor a su rostro. El hombre le mira a rostro serio.
-Solo deseo cuidarte, guerrero.- El suspira y ella le pone la botella en los labios para este beber hasta saciarse.

-No necesitas cuidarme... Partiré para con mis guerreros.-

-Ellos están muertos- Dice la mujer de inusuales rasgos.
-Toda la dinastía Shang, sabe sobre tu guerra, huno- Dice ella poniendo una mano en su frente.
-Tu alma grita por reposo- Shang Yu le agarra la mano, pero se da cuenta de lo mucho que pesa su brazo. Sisea de dolor, sus músculos gritaron adoloridos por la lucha contra el río y el gran golpe que le habían dado esos fuegos artificiales le habían afectado cual bomba.

-¿Quién eres?- deja caer su brazo sobr su pecho sin haberle quitado la mano de la cabeza a la mujer.
-¿De donde eres?

-...Me llaman Wu, bruja, chamán, maga. Vengo de tierras desconocidas, el mar, con su delicado abrazo me trajo hasta acá.- Dice quitandole la mano de la frente a Shang Yu.
-Cuido de mi misma y de mis tierras.- Su voz, suave y a la misma vez fuerte bajaba a casi susurros mientras le hablaba al hombre.

-Tierras desconocidas... eso explica un poco tus rasgos...- Mira al techo para decír lo último, parecía de paja aunque se notaba que estaba tejido. Habían muchas cosas alrededor, canastas, hamacas, y de algún modo estaba sobre el agua.

-Necesitas buen baño, limpié tus heridas, después las trataré mejor, pero necesito que me permita bañarle.-

-...Ni se te ocurra...-

-Bueno, si quiere apestar y una infección grave en las heridas, es su problema. Yo solo tengo que enterrar el cuerpo.- Dice levantándose la Wu para caminar sobre el -aparentemente- suave piso, a pié descalso para acercarse a una fogata de piedras que había en una esquina ftente al árbol enorme al que estaba sostenida la choza.

Habían cuatro pescados cocinandose, todos de medianos tamaños. Ella los pone sobre hojas grandes y los enrolla para llevarlos donde el enorme hombre que estaba en la hamaca.

-Te voy a bajar de ahí- Dice ella para dejar las hojas en el suelo y agarrar unas sogas que sostenían la hamaca al techo y hacer que el hombre bajara lentamente. El quedó extrañado, y miró a los brazos de la mujer los cuales mostraron tener un buen músculo, el resto de condición física parecía ser normal o tener muy poco, pero sus brazos parecían poder cargar y romper muchas cosas.

-Eres...una mujer muy extraña- Dice desde el suelo viéndola acercarse. Aparta la mirada para no verle nada sin querer y la mujer lo sostiene para ponerlo contra un Tronco grande, sentándolo.

-No es la primera vez que me lo dicen- Se sienta junto a él, agarra las hojas con la comida y la pone sobre sus piernas.
-Pero si la primera vez que me lo dicen tan...sutilmente.- Dice para acomodarle la cobija que tenia el hombre ocultando un poco de su desnudez inferior.

-Lo siento- Dice agarrando la sabana lentamente para cubrise más.
-Me duelen mucho los brazos-

-Nadie puede ganar la pelea contra un río bravo sin salir molido- La mujer abre las hojas dejando el olor de los pescados inundar la nariz del hombre de piel blanca, parecía a un gris.
-Recupera tus energías...Haz dormido veinte lunas y sin embargo, aún te vez y estás cansado.-

-¿Veinte lunas?-

-Veinte lunas... hice lo que pude mientras estabas dormido- La mujer le quita la cabeza a los pescados y pellizca un buen de carne.
-Ten- Le pone la carne de entre sus dedos frente su rostro, Shang Yu abre los labios para recibir el alimento sin mucha queja.

-¿Ya estamos en primavera?- Vé como la mujer pellizca carne y esta vez ella se la lleva a la boca.

-Mhm- Ella saca huesillos del pez y los pone a un lado de las enormes hojas, junto a las cabezas.
-Ya se asoma el verano- Pellizca carne otra vez, para Shang Yu, al percibir huesos en la carne la mujer le poner los dedos frente al boca en señal de que no los escupa y se los dé. Al paso de media hora ya ambos han terminado de comer, el no estaba acostumbrado a beber tanta agua, pero no podía quejarse, no después de todo lo que ella había hecho.

-...Gracias...-

-No hay de qué, Shang Yu-

-...Eres...muy extraña, Wu-




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¡Hola! Jordana lo hace otra vez, una historia de un personaje poco conocido pero ligeramente atractivo 😄😊

Espero este primer capitulo les haya llamado la atención.

¡Quédense si les gustó!

L@s amo!!!

La Wu (Shang yu × Reader)Where stories live. Discover now