Spinel está teniendo serios problemas de depresión post-guerra. Un simpático cuarteto de espinelas llegarán para alegrar su vida. ¿Realmente su depresión es por la guerra, o quizá es por una decepción amorosa? ¿Resultará en un triángulo amoroso?
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En medio de una sala de espera de un consultorio de terapia, se encontraban en un sillón nuestro trío de espinelas, quienes esperaban un poco nerviosas en sentadas en silencio. Sentada en un extremo, Spinel-E viste un nuevo atuendo; un elegante chaleco oscuro, con blusa de cuello. Sentada en el medio, Spinel-J viste un nuevo atuendo; su vestimenta estándar por un hermoso y ligero vestido con escote. Y al otro extremo, y tomada de la mano de Spinel-J, estaba sentada Spinel-EE, quién era la que lucía más diferente de las 3, luciendo su nueva apariencia; un atuendo de blusa, chaleco y shorts deportivos, así como una gorra puesta hacia atrás, y no sólo eso, ahora su mirada era diferente, sus ojos ya no estaban chuecos.
Spinel-E con los brazos cruzados, miraba al suelo con una mirada ligeramente en ceño, algo impaciente y preocupada. Levantó la mirada a la pared frente a ellas, para observar un reloj colgado el cual marcaba las 11:58 am en tiempo terrícola.
— Ya casi es hora —
Mencionó con una voz un tanto cabizbaja, tratando de relajarse y erguirse. Sus amigas, Spinel-J y Spinel-EE la miraron inseguras. Entonces la puerta del consultorio al final del pasillo se abrió, las tres voltearon atentas.
De la puerta, entró al lugar Spinel-IA luciendo su nueva apariencia; Una blusa blanca, chaqueta corta con hombros puntiagudos, pantaloncillos tipo hiphop con diferencia en el largo de las piernas, y un par de botas altas de plataforma, todo el conjunto de atuendo en colores divididos, similares a los que un bufón de arlequín usaría. El rostro de Spinel-IA lucía tan ceñido, ahora sus ojos presumían una sombra oscura que asimilaba al maquillaje de los bufones de eras pasadas, y el peinado, ahora estaba alborotado y en puntas. Sin duda, del cuarteto, Spinel-IA fue quién cambió más.
Spinel-IA cerró la puerta, y encorvada, con una actitud molestia y sombría, con los ojos cerrados y cabizbaja e indiferente, caminó hacia el sillón donde el trío de espinelas la miraban inseguras. Sin decir una sola palabra o siquiera mirarlas, Spinel-IA se sentó con los brazos cruzados junto a Spinel-EE, al extremo del sillón recargándose en él, haciendo que el trío se recorriera un poco, como queriendo evitar algún conflicto con ella. Spinel-IA seguía cabizbaja sin voltearlas a ver, mientras que el trío la miraban atentas e inseguras, esperando a que hablara, o siquiera las volteara a mirar.
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Spinel-E mirándola desde el otro extremo, se irguió, en silenció y con un movimiento simple de cabeza llamó la atención de sus amigas señalando que dejaran de ver a Spinel-IA, a lo que Spinel-J y Spinel-EE se irguieron mirando al frente algo preocupadas por igual.
— Ha pasado tiempo... —
Dijo Spinel-E, haciendo que de inmediato Spinel-IA abriera los ojos con una mirada penetrante al vacío.
— Aunque no lo parezca, nos alegra volver a verte... de verdad... — Agregó.
Las 3 miraron atentas a Spinel-IA quién aún no las volteaba a ver. Spinel-J miró a Spinel-EE quien le tomó más fuerte la mano, dándole ánimos. Spinel-J habló
