Rumbo a la Isla Kong

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El sol comenzaba a iluminar parte de tu rostro, durante toda la noche la posición había cambiado, ahora Peach estaba acostada sobre tu pecho, abrazándote con ambos brazos, tu apoyabas tu cabeza con un brazo, mientras que con el otro abrazabas a Peach, yo si la protegieras, su fino cuerpo estaba tan caliente por las cobijas, su pierna también abrazaba parte de tu cuerpo.

Analizaste lo que veías, aún dormida era demasiado linda, decidiste esperar a que ella despertara también.

Una vez abrió esos lindos ojos, sonrió un poco, se separó de tu cuerpo un poco apenada y se sentó en el borde de la cama, hiciste lo mismo, y te estiraste.

Entró al baño para ponerse su vestido rosa, el mismo con el que había cargado durante todo el viaje.

Estabas por hacer lo mismo, pero ella te interrumpió poniendo su mano en tu hombro.

- Imaginé que quizá quisieras cambiar tu ropa, y... Te traje otra. -Dijo bastante feliz, un poco apenada aún.

Extendió un nuevo juego de ropa, tu lo tomaste y sonreíste.

- Muchas gracias, Peach, me lo pondré ahora mismo. -Sonreíste y entraste al baño.

El atuendo era una camisa de vestir color rosado, del mismo tono que el vestido de Peach, un pantalón negro, una chamarra de mezclilla y unos guantes blancos.

Te miraste al espejo, se veía bien, la chamarra tenía el estampado de una corona en la espalda. Saliste del baño, Peach te esperaba.

- Sabía que se te vería muy bien, supose que, ya que serías mi "Guardaespaldas", tendrías que tener un uniforme que quedara bien. -Sonrió.

- Muchas gracias, Princesa, ¿Que parece si bajamos ya? -Le dijiste, extendiendo tu mano hacia ella.

Ella te tomó de la mano y comenzaron a caminar, salieron de la habitación y fueron a la sala principal, Daisy, Mario y Toad ya esperaban ahí.

- ¡Wow, hermanito, mira que bien te ves, el rosa te queda bien! -Dijo Mario muy feliz.

Sonreíste.- Mi Princesa me lo preparó, y resulta que es muy cómodo de usar.

- ¡Empaqué lo necesario para salir, así que vamos, ya tengo toda la comida lista! -Dijo, cargando una canasta en su mano.

La siguieron hacia una habitación oscura, ella prendió la luz y exhibió un auto naranja, en las repisas que adornaba el cuarto había herramientas y algunos trofeos.

- No creerían que iríamos caminando, ¿Verdad? -Bromeó.- Vamos, suban.

- ¡Yo pido ir adelante! -Exclamó Toad emocionado, lanzando su mochila hacia la pequeña cajuela, dónde Daisy había colocado la canasta y un garrafón de agua, todo cargado por ella misma, y subió al auto.

Mario subió primero en la parte trasera, le diste la mano a Peach para ayudarla a subir y finalmente entraste tú, cerraste la puerta y salieron rápidamente.

Ibas con tu mano sobre tu pierna, a lo que Peach respondió poniendo su mano sobre la tuya.

- Y dime, Princesa Peach, ¿Mi hermano te ha tratado como mereces? -Dijo Mario, feliz, con un tono un tanto bromista.

- Tu hermano es muy lindo, sabe destapar las tuberías muy, muy bien. -Respondió Peach.

Mario rió.- ¡(T/N), no sabía que eras tan bueno con las damas! -Dijo en un tono picaron.

Respondiste un poco nervioso.- ¡Si! Por qué mis hermanos son fontaneros, y ayudé a la Princesa a destapar la tubería del baño.

Peach apoyó su cabeza en tu hombro y rió un poco.

- ¿Hacia donde nos dirigimos ahora? -Le preguntaste a Daisy.

- Vamos a la Isla de los Kongs, pero conozco un atajo, pasaremos por la isla de los Dinosaurios. -Te respondió.

- ¿Dinosaurios? -Volviste a preguntar con asombro.

- Es una especie llamada Yoshi, de hecho, la isla se llama "Yoshi's Island" realmente.

- Quisiera que Luigi pudiera ver todo esto. -Habló Mario.

- Cuando lo salvemos, pasaremos por aquí. -Le respondiste.

Siguieron el camino, poco a poco se alejaban del desierto para pasar a la zona con vegetación, otra vez de veían bloques [ ? ] A plena vista, se dejaban de ver aquellas criaturas esféricas con pinchos apiladas.

Entraron a las afueras del Reino Champiñón, pues se lograban ver unos cuantos hongos a lo lejos, pero pasaron de largo y siguieron avanzando.

Finalmente llegaron a la zona conocida como Yoshi's Island, frutas en forma de manzanas, pero más grandes, adornaban los árboles.

Unas nuevas criaturas parecidas a Dinosaurios se avistaban, iban en manada, eran de muchos colores.

- ¡Vaya, son muy lindos! -Exclamaste.

- Quizá quieras llevarte uno de recuerdo a Nueva Donk. -Bromeó Mario.

- Si, jaja... -Reíste de forma un poco forzada.

Ya habías pensado mucho las cosas, y habías decidido que te quedarías en el Reino Champiñón, no solo para protegerlo, si no por qué querías estar con la princesa, estabas convencido de que ahora podrías tratar de tener algo con ella.

Los Yoshis eran interesantes, sacaban su lengua para atraer la fruta y los pescados desde el agua, ¿A Peach le gustaría tener uno de esos como regalo?

Peach llevó tu mano a su pierna, no tenía motivo alguno, solo lo hizo, te ruborizaste rápidamente al sentir su suave piel, ella solo rió, de una forma y otra lograste calmarte.

Siguieron su camino, atravesaron las últimas zonas llenas de hierva, para llegar a una puerta enorme, había una figura de un simio adornando la entrada.

Bajaron del vehículo y caminaron juntos hacia la puerta, caminaste delante de todos, Peach sostuvo tu mano con un poco de fuerza.

Tocaste con fuerza para asegurarte de ser escuchado, y al cabo de unos segundos las puertas se abrieron.

Un simio color blanco los recibió, gruñendo un poco.

- Saludos, venimos desde el Reino Champiñón. -Hablaste.

- ¡Necesitamos ver a su Rey! -Dijo Peach, viendo fijamente al simio.

Se vieron por unos segundos, hasta que finalmente accedió a dejarlos pasar, y entraron juntos.

Peaches | Princesa Peach x TNWhere stories live. Discover now