Amor mío - Dievin

Cinco

Para nuestro tercer año de casados, recibimos una visita de mis padres. Querían conocer a las niñas, por su trabajo nunca tenían tiempo.

Intenté aprovechar su visita pero... No me fue muy bien.

Estuvo a punto de...

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Los padres de Diego llegaron a la puerta de su casa a eso de las tres de la tarde, el menor abrió.

Sonrió al verlos, tenía mucho tiempo que no los veía y le alegró que se tomaran el tiempo de visitarlo, sólo que... ¿Ellos podrían ayudarlo?

Los dejó pasar y los guió a la cocina para ofrecerles un vaso con agua.

Kevin aún no salía de su entrenamiento, tenía mucho tiempo para hablarles sobre lo malo que es su esposo. Les enseñaría los moretones, cada golpe que su marido a ocasionado, sabe que ellos le ayudarán... O, tal vez no.

Primero que nada, les presentó a sus hijas, sus padres quedaron encantados con lo tiernas que eran las niñas. Tenían regalos para ellas, juguetes que aceptaron gustosas. Estuvieron consintiendolas un buen rato, pero Diego las mandó a su habitación a jugar con sus nuevas cosas. Tenía que hablar con sus padres antes de que Kevin llegara.

-Mamá, papá, necesito decirles algo muy importante. Y necesito decírselos antes de que llegue Kevin- Sus padres notaron su preocupación.

-Dinos hijo- Mencionó Mary.

-Desde hace dos años que Kevin... Kevin me...- No salían sus palabras, temía que él llegara y lo atrapara. Sabe que su marido es capaz de todo.

-¿Kevin qué? ¿Te es infiel?- Preguntó su mamá.

-No, no es eso. Desde hace dos años que Kevin empezó a golpearme- Poco a poco levantó sus mangas, mostrando sus moretones, varios de ellos eran recientes y unos se estaban formando.

-Ahg, pensé que era algo peor- Dijo su madre suspirando ¡¿Aliviada?!

-¿Qué?-

-Si lo hace debe ser por algo-

-Mary, no creo que Diego haya hecho algo para que Kevin lo trate así, deberíamos escucharlo- Intervino Mauro.

-Si, si. El es demasiado celoso, cuando estoy cerca de mis ami-

-¡Lo ves! ¡De seguro te les arrimas y por eso Kevin te golpea, para que entiendas!-

-¡No digas estupideces mamá!-

-¡A mí no me hablas así! ¡Soy tu madre y me respetas!-

Kevin justamente entró a casa y vió a los padres de Diego, desde afuera escuchó sus gritos, ahora sólo necesitaba que ellos se fueran para "hablar" con Diego.

-Hola, ¿qué los trae por aquí?- Preguntó Kevin, sonando amable.

-¡Kevin, ¿cómo estás?!-

-Muy bien señora, espero que usted también-

-Claro que sí- Esta sonrió.

-Bueno, sólo veníamos a conocer a las niñas y estar con Dieguito, ya nos vamos- Tomó la mano de su esposa y salieron de casa de la joven pareja.

Diego estaba temblando, Kevin se notaba que estaba muy enojado. Se acercó lentamente al más chico y lo tomó fuertemente del cabello, Diego sólo dio un pequeño quejido.

-¿Que pensabas? ¿Qué podías pedirles su ayuda para sacarte de aquí?... No sueñes mi amor, ahora voy a darte tu merecido, por intentar pasarte de listo- Lo aventó fuertemente hacia el sillón y se subió encima.