Amor mío - Dievin

Uno

Recuerdo la primera vez que nos vimos.

Fuiste muy directo cuando me confesaste tus sentimientos. Estuviste meses y meses rogándome que te diera una oportunidad.

Yo ni siquiera sabía realmente que hacer o decir.

Me gustaban los hombres, nunca negué ser gay, mis amigos lo sabían, mi familia y todo mundo.

Aunque muchos no me hayan apoyado, la mayoría sí.

Tanto, que al enterarse de que estabas tras de mi, muchos me presionaban con que te diera una oportunidad, que hariamos muy linda pareja.

Nunca pensé formar una relación contigo, pero... cada día me parecías más y más lindo, llegué a enamorarme de ti y ese día que confirmé mis sentimientos, decidí que merecíamos una oportunidad para estar juntos.

8 años atrás.

Estaba de camino a entrenar. El partido contra Surinam está cerca y espero poder jugar aunque sea unos minutos.

Cuando llegué te vi, un chico alto, muy lindo, más con esos tatuajes. Al tú notarme y mirar a dónde estaba yo, desvíe rápidamente mi mirada y fui directo junto a Sebastián.

Tu mirada se posó en mi y no me la quitaste de encima durante todo el entrenamiento. Pude sentirla aunque no haya volteado a verte.

Cuando dio fin el entrenamiento te acercaste y empezaste a ¿coquetearme?

-Hola bonito- sentí mis mejillas arder y más tras esa sonrisita que me dedicaste.

Me quedé helado por unos segundos, hasta que decidiste hablar.

-¿Estás bien?-

-A-ah si si- sonreí algo nervioso. Soltaste una risita por mi comportamiento.

-¿Cómo te llamas dulzura?- dijiste con un tono coqueto. Nunca me habían hablado así ja, parecías ser un buen tipo, lástima que no fueras de mi interés. Sólo en ese entonces.

-Soy Diego. Te me haces conocido de algún lugar-

-Bueno pues, soy Kevin, un gusto. Y tú también te me haces conocido, aunque no creo que olvidaría a un chico tan lindo como tú- vaya que eras muy directo.

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¿Por qué tenías que cambiar? Todo iba tan bien y tú sólo comenzaste a actuar diferente y a...

Golpearme.