PRÓLOGO:

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- ¡Lus!, mira, mira se parece a ti- dijo señalando una pintura en la pared

-Anto...no- se rió - no me parezco en nada...-

- eres idéntica a...- leyó el título de la obra- a la niña perdida dice ahí-

- ¿a la de la leyenda?, ¿cómo saben que lucía así? – un guía me escuchó

-es nueva, se encontró hace bastante poco-

- ¿quién la pintó? -pregunté

-todavía no se sabe- se encogió de hombros- pero un escritor anónimo dejó este párrafo de su apariencia que también concuerda con la pintura-

- "...de ojos y cabello castaño, desordenado la mayor parte del tiempo, carácter fuerte, pequeña nariz redonda y pómulos marcados, manos ásperas, trabajadas a su corta edad, ágil y sin duda fuerte..." – leyó Anto

-Hola, chicas, estoy con los muchachos por allá ¿vienen? Vamos a tomar un helado- dijo Marcelo y el guía nos dejó con una reverencia

-ah, hola, Marcelo, sí yo voy, y ¿tú? – me preguntó Anto

- sí, claro-

- ¿las estaba molestando ese tipo? – me preguntó susurrando Marcelo

- no, para nada, solo nos estaba mostrando la obra-

- ...okey-.

Cuando nos estábamos alejando voltee para ver otra vez la pintura y vi a un hombre de veintitantos años mirándola con melancolía, luego me miró a mí y soltó una lágrima antes de desviar la mirada. Raro.

Salimos del museo y fuimos entre todos a buscar un buen helado. 

Protectores: Ania GhosterWhere stories live. Discover now