ᘍ છ ᯇ 𝗬𝗔𝗡𝗚 𝗣𝗥𝗜𝗡𝗖𝗘 ︵ㅤ. ( 𝓱𝓳 )

𓂂 ׄׄ ᘡ El jardín ˚ ♡ ੭

Jeongin se encontraba nervioso, el castaño lo miraba atentamente, mientras Minho, olvidando a su descompuesta familia, se burlaba de su mejor amigo.

–¿Entonces... eres Hyunjin? – preguntó Lee, llamando la atención del mencionado, quien le correspondió la mirada.

–Así es. ¿Tú eres...?

–Lee Minho –le extendió su manita al contrario, sonriéndole bonito–, mejor amigo de Innie.

Hyun alzó una ceja curioso – ¿Innie? – miró divertido y bonito al azabache, quien se mantenía con la cabeza gacha mientras jugaba con sus deditos – ¿Por qué eres tan lindo, Innie?

Jeongin abrió sus ojitos como platos, sintiendo su rostro calentarse. Alzó la mirada y se encontró con un castaño sonriente y un Minho muy entretenido por sus reacciones.

–¿C-cómo..? –fue lo único que pudo formular.

– Te pregunté, ¿Por qué eres tan bonito, Jeonginnie? – repitió Hyun, sin darse cuenta en todo lo que aquel apodo y aquella pregunta hacía en el pequeño Innie.

Minho se rió suave cuando el azabache no pudo responder y solo se sonrojó más, era muy lindo todo – Mejor vamos a jugar, que harás que Innie explote con tus preguntas, Hyunjin.

Jeongin bajó su cabecita, sintiéndose apenado, Hyun lo miró y sonrió.

Era muy bonito.

Sin ningún reproche, los tres niños comenzaron a correr entre pequeñas risas hacia los columpios de la escuela.

Yang olvidando su vergüenza y Hyunjin admirándolo más de cerca.

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En aquel pequeño patio de la escuela, en donde se encontraba un hermoso jardín con una gran variedad de flores, lleno de tulipanes, girasoles, rosas y más, se encontraba el pequeño Innie, admirando el lugar, sentado, entre ellas, en el poquito espacio que se hacía en el centro del pensil.

Se había alejado de Minho y Hyunjin, prefirió pasar un momento en silencio y tranquilo.

– Hola, señorita Rosa, ¿Cómo ha estado? – preguntó bajito, acariciando con delicadez el pétalo de la misma – Está muy hermosa hoy, como todos los días – sonrió chiquito.

– Tú eres más hermoso, Innie – Una voz se escuchó a su espalda, sobresaltándose, Jeongin se giró rápidamente, encontrándose con un castañito bastante feliz–. Te estaba buscando – siguió, adentrándose al lugar y sentándose junto a él.

– Oh... no sabía. –respondió, tratando de no sonrojarse y desviando la mirada hacia las flores que los rodeaban.

Hyunjin no dijo nada, en cambio, prefirió quedarse embobado mirando al azabache, Hwang no podía creer que un bonito niño como el que miraba podría existir. Piel de porcelana, ojitos de zorrito, brillantes y tan llamativos, que parecían ocultar una galaxia entera, labios rosáceos, su cabello de tono oscuro haciéndolo ver más irreal, sus mejillas suavemente pintadas de un tierno rosado.

Era una preciosidad.

Eso era Jeongin, para él.

Sin pensar mucho, y ladeando un poco su cabecita, Hyunjin agarró entre sus manos una de las bonitas peonía blancas que eran parte del jardín, arrancándola en silencio, la miró por unos momentos, hasta que...

– Jeonginnie –llamó, mirando al azabache dirigirle la mirada expectante, Hyunjin sonrió bonito– para ti. –dijo, mientras le extendía la florecita, esperando ser correspondido.

Jeongin se sonrojó, mirando curioso la peonía blanca, hizo un puchero al hablar– No debiste arrancarla, Hyunnie hyung –agarrándola delicadamente, la admiró un poco y luego siguió decidiendo–, la quitaste de su lugar.

– U-uh... lo siento –murmuró–, solo quería dártela, mi mamá me enseñó que le debía dar flores a la persona que me gustara, dijo que eso le iba a encantar mucho– miró a Jeongin antes de decir– ¿No te gustó?

El pequeño Yang sonrió, asintiendo suavemente y alzando su manita, posando la misma en la mejilla del castaño.

– Es hermosa, pero tienes que dejar a las florecitas vivir, si se acaban, no tendré algo que admirar, ni tú tampoco, Hyunjinnie.

– Yo ya tengo algo mucho más hermoso para admirar, Innie.

Las acaricias de Jeongin se detuvieron, aún con su mano en el rostro del otro, lo miró atento.

– ¿Sí? –Hyun asintió– ¿Y qué cosa es?

Hwang sonrió más, cubriendo la mano en su mejilla con la suya.

━━━Eso... eres tú, Jeonginniee.

El jardín era hermoso, pero no más que tú... Innie.