— Espero nunca te jubiles. Si lo haces, exprimirás toda mi energía y moriré joven.

    — No permitiré que me dejes viudo. Tranquilo, Amor, hay formas y formas de mantener tu energía y vigor.

    — ... Déjame en paz.

    — Imposible.

    — Agh...

    Kouki se quejó, pero no se veía verdaderamente molesto, en cambio, hizo un piquito con sus labios.

    — Dame un beso y dejame en paz.

    — Lastimosamente para tí, solo puedo acatar una orden a la vez.

    Rápidamente, antes de que Kouki pudiera contestar, ya unió sus labios.

    Tiró a Kouki hacia atrás y sus cuerpos se pegaron. Kouki se aferró más fuerte a la espalda de Seijuro y aceptó el fogoso beso.

    Luego del primer beso donde sus lenguas estuvieron involucradas, fue inevitable que ambos no quisieran repetirlo, hasta en ese mismo día, en los asientos del fondo en una sala de cine casi vacía, por hora y media, ninguno supo que película se suponía que vieron.

    Especialmente, a Seijuro le gustaba apretujar a Kouki en sus brazos y quitarle el aliento para escucharlo gemir, aunque recién ahora, que el labio de Kouki estaba casi completamente curado, podía hacerlo

    Las clases habían terminado, y a excepción de algunos clubes deportivos, no se escuchaba ni a una mosca zumbar. En este silencio, los chasquidos de sus labios y su saliva escurrir resonaban aún más fuertes en sus oídos, y particularmente, los jadeos de Kouki fueron incrementando.

    Seijuro tenía más resistencia, por lo que su voz comenzó a sonar luego, cuando los jadeos de Kouki comenzaron a sonar como gemidos.

    Cuando las piernas de Kouki fallaron y la espalda de Seijuro fue golpeada con torpes golpes desesperados, sus labios fueron liberados.

    Kouki jadeaba mientras miraba a Seijuro como si fuera a matarlo, mientras Seijuro le sonreía radiantemente.

    ¿Tal vez su tez se volvió más brillante? ¿En verdad este tipo le robaba energía?

    *Chu!* *Chu!* *Chu!*

    — ¡Déjame respirar bien!

    — ¿Mmh...?

    Mientras Kouki se quejaba, Seijuro le daba una lluvia de besos por todo su rostro, pasaba por sus orejas y estaba a punto de bajar por su cuello.

    Era el momento perfecto. Hasta ahora, Seijuro nunca llegó al cuello de Kouki, pero siempre sintió su boca hacerse agua con el deseo de besarlo y llenarlo de marcas rojas, pero sus labios llegaron solo a la mandíbula de Kouki antes de detenerse de golpe.

    *Clac!*

    — ...

    — ...

    — ...

    Tres personas se miraron, uno se veía neutral, claramente Kouki estaba consiente de que algo así ocurriría. Otro se veía molesto, Seijuro había pedido que no fueran a la sala del consejo a menos que sea urgente. Y la última...

    Parecía que estaba a punto de clavar el portaminas en su mano en su cuello.

    Seijuro se sintió aliviado cuando el secretario comenzó a cerrar la puerta lentamente con los ojos cerrados, no le importo verlo temblar hasta casi llorar, solo quería que se fuera para poder seguir en su momento romántico con su novio.

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