🌹Capítulo 60🌹

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— Padre, mi mamá, porque Aurora también es mi mamá a pesar de que no llevo su sangre, ha trabajado para satisfacer a su familia a manos llenas, para que no nos falte nada — Ansel salió en defensa de Aurora — Y nosotros en vez de apoyarla, la encasillamos tan duramente.

— ¡Yo la apoyé todos estos años! — William impuso su voz una vez más — Yo estuve con ella en cada paso que dio, sin embargo, mientras ella crecía yo quedaba aún más abajo en su corazón — este hombre comenzó a demostrar llanto y frustración.

— Y por eso te venías para acá, con esa cualquiera — Ansel golpeó la pared por un instante de cólera.

— El culpable soy yo. Porque también me aproveché de que Mirella me admirase tanto como actor — William optó por mostrar coraje — Pero eso terminó hijo, precisamente estaba aquí hoy...porque le dije a Mirella que no puedo seguir con esta mentira.

— Pero no has terminado aún con nada padre, crees que puedes detener la tormenta que se te avecina pero no lo vas a lograr — Ansel entraba en un sentido de negación.

— Ansel, yo sé que se viene algo muy difícil para nuestra familia, pero al menos espero que comprendas por qué me sentía tan solo y apartado.

El joven Blake buscaba la manera de entrar en empatía con su papá, no obstante, el lazo tan fuerte que había forjado con Aurora le impedía ser imparcial. William Blake tomó asiento en uno de los sofás del departamento, con la cabeza abajo y un gimoteo perdurante.

— ¿Mi mamá, ya lo sabe? — preguntó éste.

William negó — Aún no.

— ¿Sí y cuándo piensas decírselo, o acaso pensabas en no decirle nunca? — Ansel contraatacaba — ¡¿Pretendías no confesarnos nunca tu bajeza?!

— ¡Hijo no puedo echar abajo mi matrimonio con tu madre! — William se levantó de su asiento en un santiamén.

— ¡Tu matrimonio se fue al abismo en el momento en que se te dio por tener una amante! — su hijo lo señaló acercándose a él — Así que ve buscando la manera de decírselo...o sino lo haré yo.

A William se le hizo un terrible nudo en la garganta, uno que casi lo hizo atorarse con su saliva. El impulso de Ansel de decir la verdad lo tenía al borde del colapso.

— Hijo por favor entiéndeme...

— ¡Entiéndeme tú a mí! — Ansel lo encaró — Engañaste a una mujer que no se lo merecía, tú y yo somos como dos pilares para mi madre, ¿Sabes qué va a suceder cuando se entere de tu traición? Uno de esos pilares caerá, provocando un derrumbe del cual quien sabe si volverá a resurgir, porque los pedazos de un corazón roto difícilmente se reparan, papá.

Ansel se encaminaba a la puerta para dejar a su padre y ponerle fin a su conversación.

William en sollozos quedaba cabizbajo — Perdóname. Perdónenme.

Ansel no volteó a verlo, mantenía sus ojos cerrados, conteniendo las lágrimas para no mostrar debilidad.

— Adelantaré mis vuelos en la aerolínea. Prefiero estar pilotando un avión que ver hipocresías — decía este joven — Pero dentro de un mes estaré de vuelta...si para ese entonces no le has dicho la verdad a mi madre, olvídate que tienes un hijo.

Sin más que decir, Ansel Blake se retiró del lugar, dejando a un hombre en profundos lamentos y una avalancha que se aproximaba a su ser y compostura.

Mientras tanto en Manhattan...

Adeline había abofeteado de forma feroz a Giselle, quién se contuvo de regresarle el golpe.

La Flor Negra® [+21] Where stories live. Discover now