Capítulo 35 ¿Vamos?.

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Llegué al cuarto y no sabía que ponerme, así que empecé a revisa en busca de un outfit.

Total es que me decante por esto.

Total es que me decante por esto

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Y éstos zapatos.

Como estaba de moda el estilo coquette, me puse un lazo en la parte tracera de mi larga cabellera para verme como toda una niña buena

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Como estaba de moda el estilo coquette, me puse un lazo en la parte tracera de mi larga cabellera para verme como toda una niña buena.

Como estaba de moda el estilo coquette, me puse un lazo en la parte tracera de mi larga cabellera para verme como toda una niña buena

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Me maquillé a lo natural y una vez lista, salí en busca de Mike.

Entré a su cuarto pero no estaba, me pareció extraño así que lo llamé.

- !!Mike!!.

- !! Aquí abajo!!.

Salí de su cuarto y baje las escaleras, se encontraba sentado en uno de los sofás de la casa y apenas me vio, frunció el ceño.

- ¿Saldrás así vestida?.

- Si, ¿ Por qué?.

- Afuera está haciendo frío alex, hay nieve.

Rodé los ojos con fastidio.

- Lo sé Mike, no soy ciega, pero no voy a dejar que un poco de frío me detenga, me gusta lo que tengo puesto, y ni tú ni el jodido clima, me harán creer lo contrario, así que levanta tu perezoso culo de allí y salgamos.

Se levantó sin protestas, pero antes de salir, me dijo que se le había olvidado algo.

Así que subió las escaleras y en menos de un minuto ya estaba a mi lado, así que empezamos a andar hacia la entrada de la casa.

- Ya le avisé a Carlos y a Hugo, nos están esperando afuera con la camioneta.

Solo asentí, salimos y efectivamente, estaba una camioneta negra estacionada frente a la casa y de ella se bajó Hugo y nos abrió la puerta trasera.

Al estar más cerca, me puse de puntillas, ya que Hugo media como 2 metros, y besé su mejilla.

- Muchas gracias Hugo.

El me sonrió con cariño.

- De nada mi niña.

Al subirnos, Carlos volteo a vernos.

- ¿Y para mí no hay beso?, yo soy el que los está llevando ¿y el agradecimiento se lo lleva Hugo?.

Reí por sus celos hacia Hugo y me acerque a él por medio de los asientos y también besé su mejilla.

- Gracias Carlos.

Él, ya satisfecho por mi acción, solo asintió sonriendo.

************

15 minutos después, ya que el tráfico aquí es una locura, pudimos llegar al campus universitario, debo de admitir que la universidad de Princeton es bellísima.

Carlos estaciono el auto en el estacionamiento del campo de fútbol y todos bajamos.

Los tres me rodearon, y aunque no había casi nadie en las instalaciones, ya que ésta semana seria solo de práctica para los equipos universitarios, si habían muchos chicos.

Los cuales no dudaron ni un segundo en lanzar miradas hacía nosotros, mejor dicho, a los tres gorilas que me escoltaban.

Es irónico, ya que suelo quejarme de mis hermanos todo el tiempo, porque me suelen tratar como una niña pequeña.

Pero por alguna razón, me encanta ser escoltada por ellos, me siento pequeña, pero segura, no sé si me entenderán, son pensamientos contradictorios.

Caminamos por el estacionamiento, había un señor como de 45 años, calvo, bajo y algo regordete, estaba esperándonos en una puerta al fondo del estadio, nos dirigimos hacía él, y se presentó como Gustavo, uno de los entrenadores de los chicos, y que Courman, es decir mi hermano Travis, lo había puesto al pendiente de nuestra visita y pidió el favor de dejarnos pasar al campo.

Así que sin más, el nos guió al campo a través del vestuario de los chicos, pasamos debajo de las gradas y al fin salimos.

– Joder está haciendo un frío de puta madre.

Me quejé cuando una brisa fría me dio de lleno en el rostro.

– Lo sé, pero como vos sos tan testaruda, y quisiste venir así, te traje un suéter para que te lo coloques.

Efectivamente, el traía un suéter negro doblado en su brazo, pero en el camino no le tomé importancia porque pensé que era para él.

Iba a agradecerle cuando unos gritos nos hicieron voltear.

Allá en el centro del campo de fútbol estaban unos 40 chicos calentando y otros haciendo diversos ejercicios, había un grupo que estaba sentado en círculo en el suelo.

Entre todos ellos, encontré al numero 74, es el número de la camisa de Travis.

Así que sin más, empezamos a caminar hacia él.

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