The bidding - O1

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– Venían siendo las cinco de la mañana, Casi como si de un juego se tratara, Dave disfrutaba de pasar sus noches no dormido, sino como todo un pretencioso y avaricioso en los casinos de la bella Vega, Nevada.

Esta no era una madrugada como cualquier otra, como repetidas veces se comentaba. Allí estaba Dave en medio de un juego de azar, de donde el mismo, a pesar de haber hecho trampa como de costumbre, había salido ileso.

El visible olor a humedad y cigarro electrónico de cereza o tabaco, además del molesto de los perfumes baratos de aquel casino, se notaba en la esencia del mismo casino, mientras entre todos los participantes y trabajadores había solo una cosa en sus lenguas extrajeras de lo que solo se hablaba. La subasta que se llevaría a cabo al día siguiente era tema de conversación recurrente y bastante aclamado, como cada subasta procesada en aquel casino que se procesará en las siguientes horas.

Estaban desde los mejores artilugios, incluso hasta los mismos premios y bastantes diamantes en brutos escondidos entre las subastas que se llevaban a cabo sobrepasando la fuerza policial o de incluso el gobierno, donde los participantes se llenaban la boca de solo decir cuanto costó su artilugio mejor subastado.

Allí estaba Dave hablando de sus temas con su querido amigo, Henry.
—Oye, Dave— Hablo, el más viejo de ambos con una notoria diversión en su voz.
—Que quieres, Henry?— No había cansancio ni desagrado en su voz, solo más y más diversión y ambición. Casi como si hubiera perdido la poca cordura que le quedaba, una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Piensas participar en la subasta de en unas horas?, Oí que habría un mercado jugoso...—

Una sonrisa diabólica apareció en sus dientes, pintándose su rostro rápidamente de un rosa fuerte, una mirada fuerte y finalmente un buen carisma que hacía pensar en el hombre como uno bueno pero turbio. Por lo menos en lo mínimo, Henry daba miedo. Y daba más miedo cuando al final de sus oraciones daba un toque con un fuerte acento que lo había hecho parecer más loco que de costumbre, este no era otro sombrerero loco. O al menos eso querían pensar aquellos que lo conocían de verdad

Entre las damas se daba a entender que estaban esperando ansiosas la parte de la subasta en las próximas horas, donde por lo ocasional; subastan hombres puros y encantadores a sus palabras, entre ellas se sabía qué comparar los precios, además de apenas interesarles, como sangre fresca vendida en jarrones lujosos y diamantes preciosos se les tomaba, recientemente se había agregado a hombres, puesto que principalmente eran conocidas por el lugar las subastas de damas finas como la porcelana y asquerosas por medios turbios o turbulentos.

Solamente quedaban unas pocas horas para que comience el espectáculo.

—·—

El casino ya lleno de gente, tanto trabajadores como nuevos clientes presenciaban como el show empezando abrían el telón, dejando ver el primer objetivo a subastar. Algunos eran más normales que otros, riquezas e incluso bienes raíces. Colecciones de los alcoholes más deseados y difíciles de conseguir, además de una buena cantidad de armas. Entre damas y caballeros se anticipaba la cantidad que se daría por los "premios", Finalmente había llegado el momento esperado por los anfitriones del evento, se presentó el primer hombre.

Entre cadenas y una apariencia desdeñosa se le tenía al primer subastado aún sin dueño, tenía una buena apariencia debajo de su aparente dolor y suciedad. Este captó el interés de Dave.

—¡Y este es su primer hombre, señoritas!, ¡No se asusten, aún seguimos teniendo un muy buen ganado!—
El director del show, con una sonrisa inquietante y/o perturbadora, pateo a Henry, en señal de que tendría que levantarse.

No estaba dudando en ningún momento y entre pensamientos llegó a creerlo, había encontrado al naranja de su morado. Era el mismísimo Jack Kennedy el que estaba siendo subastado y sin dudarlo, intentaba buscar una razón por la que este estuviera secuestrado y en manos de personas de negocios sucios en el marcado negro.

Pero todo se quedó en silencio.

Este traía encima una mueca de cansancio extremo y un dolor intenso marcado por las cuerdas y sus cadenas, con uno de sus ojos con una muy notoria cicatriz se le hizo levantar, revelando algunas heridas recientes en sus rodillas, al ser uno de los más desdeñosos no se escuchó demasiado revuelo por alguna dama que lo quisiera. Eso solo decía una cosa, volvería a ser sumido en el cansancio del maltrato.

—¡Por favor, señoritas, no sean tímidas! Muestra algo de decencia, hijo de puta…—

Jack después de eso sintió otra patada más, mientras el presentador y director lo intentaba hacer parar, este apenas podía. Al no lograrlo lo que hizo fue clavarlo con su pie al piso, un chillido de dolor se escuchó.
—¡No teman señoritas, este perro no muerde, Se los juro!, ¡¿Nadie lo quiere?!, empecemos bien, ¡20 dólares por el perro!—
y el cabello naranja caía sobre su rostro tapando sus ojos, Jack solo estaba siendo más humillado entre ricachones que antes, y era tortuoso para él.

El ver como se le trataba a Jack era molesto para Dave, sin saberlo estaba siendo consumido por la molestia mientras Henry sonreía como todo un sanguinario. Sin embargo, Dave levantó su paleta
—Aquí hay 400.— Dijo de una forma seria y molesta, fulminante y duro

—¡Que sean 500!, ¡Algún 500 por aquí que levanté su mano!—

Otra persona más había levantado su paleta
—800 por el chico— Dave, solo atino a fulminar con la mirada a la dama, siguiendo con sus apuestas ya se había tomado en serio esto.

—¡Que sean 1000 dólares!—
—¡Quinientos dólares! Quién se lo habría pensado?!, doblemos la apuesta, 2000 dólares!— Con una sonrisa tan plástica como la de un Ken, el presentador siguió su 'rutina', para luego apartar la mirada y quitar su zapato del chico

—5000 Serán!—
Exclamó Dave morado llegando a perder la paciencia que le quedaba. Finalmente, se extendió la atención a este

—¿¡5000?! ¿Alguien da 5.500?—
—¡150.000.000 dólares!—
—Henry había quedado viendo Dave, no se esperaba que esté diera tanto por un subastado, aunque en su mente ya ideas un plan de que le haría al mismo llegando a su residencia.

—¡Vendido al señor de morado! Por favor, venga a reclamar su premio!— Dave solo se levantó de su asiento, y tomando a Jack en sus brazos al llegar al escenario solo se escucharon aplausos por el primer objeto subastado de esa línea. En sí mismo el traje de Dave se había manchado, pero menos no podía importarle.

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⏰ Last updated: Sep 19, 2023 ⏰

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