Cáp.1 : Rosas (Parte 1)

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Pero me sentía bien, me sentía bien. Todo a mi alrededor era nuevo, y yo solo era una chiquilla explorando. De hecho, me estire en el suelo lleno de mugre, simplemente para sentir su frío, ya que estábamos en pleno verano, y, como decía la loca de Maya Spencer, "sentir la tierra fría en verano es como un pequeño milagro". Me dejé llevar por el momento, disfrutando de la sensación en mi piel mientras miraba al techo y escuchaba la música sonando en mi pequeña radio portátil. Era libre. Libre de hacer lo que quisiera, sin la mirada de nadie, sin la necesidad de explicar nada. Por fin podía respirar sin restricciones, y lo hacía profundamente, absorbiendo la nueva vida que se presentaba ante mí. Aunque fuera solo una pequeña habitación vacía, era mi hogar.

Ese verano también conocí a Autumn, sola en ese barrio un año o dos mayor que yo. Se sentaba en el borde del puente de madera que cruzaba el arroyo detrás de mi casa, mirando hacia el agua mientras fumaba un cigarrillo. La observé durante varios días antes de tener el coraje de acercarme. Ella era como una de esas chicas rebeldes de las películas, con su cabello negro y su vestimenta llena de parches y alfileres. A veces se giraba y me miraba con una leve sonrisa, yo le devolvía con vergüenza y seguía tirando piedras al río.

Recuerdo perfectamente el día en el que hablamos por primera vez, como siempre, ella permanecía sentada en el borde de el puente fumándose un cigarrillo "Nocturne" dejando salir ese humo púrpura que se desvanecía en el aire.

Yo iba descalza, la mire desde lejos y, sin demora, ella se giro hacia mi, pero esta vez parecía diferente, me miraba frustrada, confusa.

"Porque vienes siempre por aquí?" se giro de nuevo y espero a que respondiera.

No encontré ningún tipo de respuesta. ¿Que le podía decir?

Era la chica de mis sueños, y nunca me hablaría.

O eso eran mis fantasías.

"¿No eres muy joven para estar por aquí andando?" hice un sonido de duda.

"¡Tengo trece años!" dije, finalmente.

"Por eso, yo tengo quince." Me sonrío con sarcasmo y se acerco el cigarrillo a la boca.

"¿Y tu no eres muy joven para fumar?"

Me miro y alzo una ceja. Entonces fue cuando se levantó.

"¿Y quien me detendrá?" Hice dos pasos atrás al ver que se acercaba.

"Yo.." fue una especie de pregunta, pero afirmación a la vez.

Ella se acercó todavía más, y pude sentir el calor que desprendía su cuerpo, sus labios estaban pintados de un rojo intenso que los hacía irresistibles. Me sentía atraída por ella, pero también asustada por su actitud desafiante.

"¿Tú? ¿Cómo piensas detenerme?" preguntó con una sonrisa burlona.

No sabía qué decir. No quería pelear con ella, pero tampoco podía dejar que se hiciera daño a sí misma fumando a una edad tan temprana.

"No quiero detenerte, solo quiero que te cuides" respondí con sinceridad.

Ella me miró con curiosidad y soltó una risa irónica. "¿Y por qué te importa lo que yo haga?"

Sentí mi cuerpo en llamas, como si sus palabras hubieran encendido una chispa dentro de mí. ¿Quién era esa chica? Me preguntaba mientras trataba de entender por qué su presencia me afectaba tanto.

Observé su figura esbelta y elegante, su cabello negro azabache que caía en cascada sobre sus hombros y sus ojos oscuros que parecían tener un brillo enigmático. Era una mezcla de belleza y misterio, y eso me atraía hacia ella como un imán.

"Se llama empatía" dije finalmente.

"Odio a las chicas como tú." dijo. Y volvió a sentarse en el borde del puente.

Me quedé paralizada, con la boca abierta, sin saber qué decir. ¿Chicas como yo? ¿Qué quería decir con eso?

"¡Pero, nos acabamos de conocer! ¿Qué tipo de chica crees que soy?"

"¿Rosa?" Respondió, "Super cursi, con vestiditos de todos los colores y flores en el pelo. Probablemente hablas demasiado y te ríes demasiado fuerte. Y seguramente piensas que todos los chicos deberían caer a tus pies."

Me quedé sin palabras, estaba impactada. ¿Cómo podía saber tanto sobre mí en tan poco tiempo? ¿Acaso era tan predecible?

"No soy así," mentí.

"¿No lo eres?" se rió, "Lo siento, pero tengo un radar para las chicas como tú. Me recuerdas a alguien que conocí en el pasado, y no terminó bien. Me encantaría quedarme y charlar contigo, pero tengo cosas que hacer."

Se levantó y caminó hacia la salida del puente, me quedé allí en el puente, viendo cómo la figura de la misteriosa chica se desvanecía en la distancia. Todavía me sentía confundida y un poco dolida por sus palabras, su belleza era, de alguna forma, irritante. Pero no podía mentir, me había enamorado.

Con el paso de los días, seguí visitando el puente en busca de respuestas. Y para mi sorpresa, la chica misteriosa seguía apareciendo. Aunque al principio no hablábamos mucho, con el tiempo comenzamos a charlar más y más cada mañana.

Y al final descubrí que su nombre era Autumn.

Autumn. Cada vez que oía ese nombre mi corazón se llenaba de calidez, alegría.

Mi yo del pasado se sorprendería al ver que años mas tarde se convirtió en una alma pura y elegante, paseando por las calles, saludando a los amigos y sin tocar ni una botella de whisky. Nadie sabe que pasó, algunos decían que se enamoró perdidamente y que eso fue lo que la hizo cambiar. Otros creían que tuvo una experiencia cercana a la muerte que la hizo valorar la vida de una manera diferente. Pero la verdad es que ella simplemente decidió dejar atrás su vida anterior y comenzar de nuevo.

Su historia era una montaña rusa emocional, llena de altos y bajos, y yo estaba allí para presenciar cada uno de ellos. Había visto cómo el alcohol había consumido su ser, cómo la hacía tambalearse y perder el equilibrio. Había visto cómo sus ojos brillaban con lágrimas mientras luchaba con sus demonios internos. Pero, a pesar de todo, siempre había algo en ella que me atraía hacia su persona.

La llamaban traumatizada, pero yo sabía que era solo la adolescencia que la había golpeado con fuerza. La misma adolescencia que nos golpea a todos de manera diferente, pero que ella había enfrentado con una fuerza inimaginable. No importaba cuántas veces cayera, ella siempre se levantaba una y otra vez, más fuerte que antes.

Y así, con el tiempo, aprendí a entenderla.

Y un día se fue.

Pasaron días, semanas, incluso meses, y seguía sin recibir ninguna respuesta. Me preguntaba qué había sucedido, por qué había dejado de hablar conmigo. Me sentía triste y sola de nuevo, como si hubiera perdido a mi única amiga.

Como ahora.

¿Porque debía ser de esta forma?

¿Porque?

Su amistad, sus ojos, sus abrazos, todo...

Se había desvanecido, por completo.























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Hola! Siento el retraso :(

Espero que hos guste y que siguais leyendo!

~•As we all become~•.          (En pausa)Where stories live. Discover now