Cáp.1 : Rosas (Parte 1)

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"Yo te veo como una rosa."

La voz de ella era suave y reconfortante, pero a la vez cargada de nostalgia y melancolía. Me hizo recordar los tiempos en que todo era más sencillo, cuando las palabras fluían con naturalidad y el tiempo parecía detenerse.

Era una noche de invierno, noté como el viento frío rozaba sus palabras, que se movían, lentas y suaves, se acercaron a mí. Las sentí. Eran como pequeñas plumas que se deslizaban con suavidad, acariciando mi rostro y susurrándome al oído.

Desde que éramos niñas, Autumn y yo teníamos una conexión especial con la llegada del invierno. Era como si la nieve y el frío nos convocaran a un lugar mágico y lleno de promesas. Nos encontrábamos en el parque de la ciudad, bajo un cielo gris y nublado, envueltas en nuestras bufandas y gorros, listas para aventurarnos en el mundo blanco y silencioso que se extendía ante nosotras.

Allí, en medio de la nieve y el hielo, compartíamos nuestros secretos más profundos y hablábamos de nuestros sueños y anhelos. Era como si la magia del invierno nos permitiera deshacernos de nuestras preocupaciones y dejar que nuestros corazones hablaran por nosotras. El chocolate caliente que bebíamos nos calentaba las manos y el corazón, y nos hacía sentir como si nada pudiera detener nuestra amistad.

Con el tiempo, nuestras reuniones de invierno se convirtieron en algo más que una simple tradición. Era una conexión profunda y eterna que nos unía, una promesa de que siempre estaríamos allí la una para la otra, sin importar lo que la vida nos trajera. Cada año, cuando la nieve comenzaba a caer y el frío se intensificaba, nuestras almas se encontraban de nuevo en el parque, como dos hermanas perdidas que finalmente habían vuelto a casa.

Con un nudo en la garganta, debo confesar que algo ha cambiado en nuestro tradicional encuentro de invierno. Esta vez, cuando llegué al parque, Autumn no estaba allí para recibirme. Después de tantos años de compartir momentos mágicos en la nieve, mi amiga había partido de este mundo, dejando un vacío doloroso en mi corazón.

La nieve seguía cayendo suavemente, pero esta vez ya no tenía el mismo encanto. No había risas ni abrazos, ni el aroma del chocolate caliente que solíamos beber juntas. Todo era silencio y soledad, y yo me encontraba perdida en medio del frío, tratando de comprender cómo podía existir tanta belleza en el mundo sin Autumn.

La tristeza me invadió, y mis lágrimas se confundieron con la nieve que se acumulaba en mi rostro. Me di cuenta de que nunca volvería a escuchar la risa de mi amiga ni a compartir con ella esos momentos mágicos de invierno que nos unían tanto. Pero también supe que en mi corazón siempre estaría presente, y que su recuerdo me acompañaría en cada nueva nevada que cayera sobre el parque de la ciudad.

Así que me quedé allí, en medio de la nieve y el frío, mirando al cielo y dejando que mis lágrimas se mezclaran con las estrellas que brillaban en la noche. No había chocolate caliente ni abrazos reconfortantes, y ahora, cuando miro hacia atrás en todas esas reuniones de invierno, me doy cuenta de que la magia se ha ido.

Mis ojos se posaron en Autumn, ansiosa por escuchar mis palabras. Aunque su cuerpo inerte descansaba en una caja de madera, su presencia estaba allí, viva en mi mente y en mi corazón. Los recuerdos se agolpaban en mi mente, vívidos y dolorosos, como si quisieran aferrarse a lo que había sido y ya no era.

Es curioso cómo los recuerdos pueden hacernos sentir tan vivos, incluso cuando la persona amada ha partido. Cómo pueden transportarnos a momentos pasados, a risas compartidas y abrazos cálidos, y hacernos creer, por un instante, que todo sigue igual. Pero la realidad es implacable, y aunque nos aferremos a los recuerdos con todas nuestras fuerzas, no podemos negar que Autumn ya no está con nosotros.

Aun así, seguí mirando fijamente a mi amiga, como si ese recuerdo fuera el presente. Y así, de repente, como si una fuerza mágica me hubiera transportado en el tiempo, me encontré sumergido en mi pasado. Todo lo que había quedado atrás, todo lo que había dejado en el olvido, volvía a mí con una fuerza arrolladora. Los recuerdos que creía enterrados bajo capas de polvo, resurgían ante mis ojos, vívidos y dolorosos.

~•As we all become~•.          (En pausa)Where stories live. Discover now