El cuidado de un oso •Spruan•

La misma cama

Ya era de noche, ambos estaban bastante agotados después de el grandísimo día que habían tenido, el cual bueno, fue una mierda.

—Juan, ya tengo sueño.

El hechicero que estaba en el sillón, se quedó pensando en lo que el híbrido le había dicho, hasta que callo en cuenta, no lo recordaba, solo tenía una cama y bueno.. un sillón no muy cómodo para dormir.

Se le quedó viendo fijamente, spreen lo miro confundido un momento, y después entendió lo que quiso decir con esa mirada.

—No boludo, no voy a dormir en la misma cama que tú.

El pelinegro estaba rojo ¿Dormir en la misma cama que si enemigo? Jamás.

—Bueno, te podrías dormir en el piso, pero sin cobijas, ni almohadas.

Dios mío, ¿Dormir en el piso? Jamás.

—Hijo de puta.

—No es tan malo spreen, igual no pasará nada.

—Ahhh, bien, ¿Por lo menos tienes alguna ropa para dormir para mí?

—Si pero....

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—Estaba en oferta y la compré, aún que no me quedaba.

—¿Y no había otra que no fuera de hello Kitty?

—Si, pero esa estaba más chida.

—Vos sos un boludo.

—Bueno ya, hay que dormir que yo la verdad estoy muy cansado.

—Dale wacho.

Ambos de acostaron a dormir, o almenos así creyó Juan.

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Juan se despertó a las 3 de la mañana al sentir una luz en su cara. Abrió los ojos y encontró a spreen viendo su teléfono.

—¿Spreen? –Al mencionado se le cayó el teléfono en la cara por escuchar al castaño hablarle.

—Juan.

—¿Que haces despierto?

—No puedo dormir wacho.

—¿Por qué?

—No se, nunca eh dormido bien, me siento como... Intranquilo –Admitió soltando un suspiro.

Juan conocía un poco de los osos, y sabía algunas cosas que les relajaban.

—Me permites... ¿Me permites hacer algo que tal vez te relaje? –El hechicero pregunto con algo de pena.

Spreen, dudo un poco, no le gustaba el contacto físico, pero todo sea por dormir bien.

—S-si.

Juan se acercó a el, con un brazo lo abrazo y con el otro empezó a acariciar sus orejitas y su cabello cuidadosamente, spreen estaba más que confundido y sonrojado pero poco a poco se dejó llevar sintiendo como sus ojos se cerraban, le relajaba mucho lo que estaba haciendo.

Juan lo acariciaba suavemente, y escucho unos pequeños ruiditos que provenían de aquel oso, estaba... Ronroneando.

A Juan le dió mucha ternura, no podía creer que hace poco casi se mataban y ahora estaban así.

Dejo de acariciarlo para apegarlo más a el y completar el abrazo.

—Descansa, osito.

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Holaaaaa, capitulo corto, lo se pero a decir verdad muy bonito, creo que me gusta mucho.

Críticas, consejos y demás son bien recibidos 💗