Timamtha

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Espero que les guste~

Timmy supo que estaba en muchos problemas, encogiéndose en su lugar todo lo posible ante el ceño fruncido con el que Jorgen lo estaba mirando, algo intimidado por la forma en la que el rostro ajeno estaba enrojecido de la ira y con las venas marcadas qué parecían qué iban a explotar en cualquier momento. Le está gritando amenazas, también lo está sermoneando, pero dejo de escucharlo hace un par de minutos porque no era la primera vez que se comía ese discurso sobre responsabilidad y quien sabe qué más.

-¡Timmy Turner!- eso es lo que llama la atención del menor, quien alza la vista por primera vez desde que fue transportado al mundo mágico, sonriendo con nerviosismo ante la morada fulminante con la que se encuentra. -¡Tu castigo ya esta decidido!- levanta esa innecesariamente gran varita, la estrella brillando intensamente y el chico solo cierra los ojos, sintiendo un golpe algo brusco en su cabeza, una nube de magia cubriendo lo momentáneamente.

-Auch...- se acarició ligeramente la zona goleada, tosiendo un poco mientras agita las manos para deshacerse del los restos de magia a su alrededor, abriendo apenas los ojos y sintiendo algo de alivio al ver que esta de vuelta en su cuarto. Nada luce diferente, excepto que la pecera esta vacía y sin rastro de ninguno de sus padrinos. Cual sea su castigo, parece ser que tiene que ver con estar solo y sin deseos. Siendo sincero, eso es mejor de lo que esperaba. -...no era necesario golpearme...- se quejo con un puchero, tardando solo unos segundos en darse cuenta de un detalle en particular. Su voz suena diferente, más aguda y suave. -¿Esa es mi voz?- se aclaró la garganta y tosió. -¿Esa es MI voz?- temió, porque su voz aún suena sospechosamente femenina. -No...puede...ser...cierto- sus manos tiemblan mientras las levanta y muy lentamente, se toca el pecho, un sudor frío recorriendo su espalda al sentir algo blanco, dándose cuenta con escalofrío de que ahora...tiene pecho, literalmente. -Dime que no, dime que no, dime que no...- lo repite en un tono de suplica mientras se apresura a levantarse, abriendo con más fuerza de lo que debería la puerta de su armario para tener su espejo de cuerpo completo y verse, horrorizado...bueno, más bien esta horrorizada, porque ya no es Timmy. Su cabello castaño esta más largo, atado en una cola de caballo alta y con algo de flequillo colgando por encima de sus ojos. Tiene pestañas largas, con algo de maquillaje en sus párpados y lápiz labial puesto. Lo que más lo horroriza es el hecho de que ahora tiene curvas que no deberían estar allí, su caderas anchas y cintura pequeña resaltando por culpa del vestido rosa al cuerpo y de mangas cortas que ahora tiene puesto, sus sandalias negras mostrando que tiene las uñas pintadas de rosa claro, haciendo juego con las uñas de sus manos. Se toca tentativamente el rostro, solo jadeando cuando el reflejo copia su acción al instante, solo recordándole que lo que esta presenciando es real.

Agradece al cielo por sus padres despistados y poco presentes porque su grito resuena por la casa.

Nicktoons UniteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora