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Lilith-june no solo era su mamá, era su confidente y el pilar que la sostenía. Lilith-june había sido su mejor compañía en todos los momentos tristes que había atravesado en su vida, y esperaba que la acompañara por el resto de ella.
La vida ter...
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~Evora Martin
Me deslizo por el hospital.
No contaba con un auto, así que tuve que correr tras el llamado que me hizo mi padre y hermana. Tomé un poco de agua y luego busqué la habitación a la que venía.
-¡Al fin! -grita mi hermana.
-Lo siento, hermana, pero yo no tengo auto y tuve que venir por cuenta de mis propias piernas. ¿Qué es lo que sucede con Benjamin?
Hoy no quiero malas noticias, por favor.
Él y yo solíamos no ser personas que se preocuparan por el futuro, solíamos.
-Solo dime qué está bien -pedí.
-Sería mejor si tomarás asiento -contestó.
Isana me llevó a una silla cercana y me sentó en ella. La noticia que me dio fue que Benjamin estaba en UCI.
-Estara bien, solo tenemos que esperar -se quería convencer a ella misma de lo que decía -. Es lo único que podemos hacer por el momento.
-¿Esperar a qué? ¿A que sea muy tarde y ya no podamos hacer nada?
-Tranquila, él va a estar bien. Pero nosotras no podemos hacer nada más para ayudarlo.
¿Por que la vida se esmeraba en quitarme todo lo bueno que llegaba a mí?
-En cuanto tengan noticias te avisaré, es mejor que vayas a casa a calmarte -me ordenó.
Isana se quedó en el hospital y yo regresé a casa con más calma que cuando llegué al lugar. En el camino pensé en lo que podría pasar con Benjamin y esperaba que pudieran salvarlo, no como hicieron con mamá.
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-¡Oh, mira lo que encontré! ¡Tienen helado de chocolate! -exclamó uno de mis mejores amigos trayendo un poco para los tres.
-No quiero helado, gracias. No creo que pueda pensar en otra cosa que no sea mi hermano -declaré hundiéndome más en el sofá. Solamente quería que estuviera bien.
-Esta bien que no quieras hacerlo, pero estamos aquí para ti -me sonrío el otro de los gemelos mientras acariciaba mi mano.
Mi cuerpo se dejó acariciar.
-Agradezco eso -dije abrazandolos.
Por lo menos tengo a Atlas y a Clover.
Dejé mi celular en la mesa del comedor en cuanto ellos llegaron y no lo había revisado desde entonces, pero el más grande de los gemelos atiende una llamada entrante de Isana y me pongo ansiosa. Preparé mi mente para lo que mi mejor amigo podría decir, no quería aceptarlo, aunque tenía que empezar a pensar en que la vida de mi hermano podría no ser mucha y tenía que aprovecharla. Dejé los vasos con helado que mi mejor amigo había traído minutos antes y le pedí a Atlas que nos dijera lo que mi hermana le había informado, podían ser buenas noticias, sin embargo su expresión me hacía dudar.
