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~Evora Martin~

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~Evora Martin~

Ok, mi vida ahora sí estaba de cabeza. Primero descubrí que mamá tenía un hijo de alguien más que no es papá, luego resulta que ese chico es mi tutor y ahora papá se desmaya por la noticia, cosa que nadie esperaba así que se golpeó en la cabeza y está sangrando.

¡Y apenas es Enero!

Entre la sorpresa de la noticia no supe que hacer con papá. Por suerte mis hermanos se mostraron razonables y expertos.

—¡Un médico! ¡Una ambulancia! — pidió mi hermana —. Él es médico, llevémoslo al hospital donde trabaja, llamaré al doctor.

—Ok, yo intentaré apresurar la cuenta —dijo mi tutor, y ahora hermano, quien se ganó una mala mirada de la mayor de nosotros, él sonrío en respuesta.

—¡Papá! ¡Papá, despierta! Por favor, papá. ¡No puedes irte, papá! —lloré.

—Tranquila, ya viene la ayuda —mi hermano intenta calmarme.

—Me contestó su secretaria, ya enviaron la ambulancia.

—No es nada grave, ¿cierto, hermana? ¿No va a pasarle lo que le pasó a mamá, verdad? —pregunté y ella negó —. Solo me gustaría que mi familia fuera normal aunque sea una vez. No estar pendientes a una enfermedad que nos pueda separar —siento como Benjamín se tensa ante lo que dije, pero no tengo el tiempo para prestarle atención a esos detalles.

—Oye, todo estará bien ¿si? —me sonrío como lo hacía cuando éramos niñas, por primera vez en un largo tiempo, pero algo no se sentía bien.

Desearía ver el futuro y saber que nada de esto sale mal. La vida debía entender que ya era momento de dejarme ser feliz, ¿acaso no había sufrido suficiente?

~×~

—¿Revisaron bien? ¿Están seguros de que no tienen más reservas? —grité.

—Por favor revisen bien, Nisa y yo no tenemos el tipo de sangre compatible para su transfusión —le explicaba a la inepta compañera de papá, quería llorar y estaba estresada, no tenían suficiente sangre para que las plaquetas de papá se estabilizaran por el golpe que se dió. Decían que no era tan grave, pero yo no lo sentía así.

—Tranquila, Evora. Yo soy tipo A+ también, yo puedo donar la sangre —se ofreció mi medio hermano y rápidamente nos acercamos a él para abrazarlo con gratitud.

—¡Aleluya, hermanito! —exclamó la mayor de nosotros, emocionada por la información. Nos llevaron a un laboratorio para verificar si era posible una transferencia exitosa o no.

—Realmente llegaste en el mejor momento, Ben —me acerqué a él y le di un beso en la mejilla. En este momento un rayo de esperanza parecía iluminar mi vida, esperaba que se quedará allí por un tiempo.

Isana y Benjamín siguieron a la enfermera a una habitación donde pudieran extraer la sangre, yo me quedé en el sala de espera porque ese líquido no me gustaba mucho y me causaba náuseas.

~×~

~Benjamin Clutier Smith~

Parecía que cuando hacía una cosa bien en mi vida también una salía mal, el doctor Martin no tenía porqué estar en el hospital de no haber sido por mi. Esto era mi culpa.

Al menos yo era el que podía ayudar.

Bueno, eso fue lo que pensé hasta que la enfermera que me había atendido meses atrás, cuando dí con este hospital, no puso una expresión muy feliz en su rostro. ¿Había algo mal con mi sangre? ¿No podía donarla al doctor Martin? Me temía que mis resultados fueran negativos.

La enfermera le pidió a mi media hermana que nos diera un tiempo a solas, quería terminar de examinar los resultados con privacidad. Al principio, ella mostró resistencia, pero cuando fui yo quien se lo pidió no pudo negarse. Aunque ya me esperaba que me diría que mi enfermedad había vuelto.

Obviamente algo andaba mal, comenzaba a asustarme.

—¿Ahora que sucede? —pregunté cuando terminó de cerrar la puerta —. Isana cuenta conmigo, doc.

No sólo ella, también el doctor Martin. Me sentía tan culpable que no me importaba si al hacer la transfusión me debilitaba tanto como para quedar hospitalizado.

—¡Solo dígame qué sucede con mi sangre! —me altere un poco cuando ella seguía revisando no sé qué cosa en ese líquido rojo que tanto necesitaba el doctor en la camilla.

Si el silencio fuera mortal...

¡Solo dígame qué anda mal en mí! —grité y me extendió la hoja con mis resultados.

—La leucemia volvió —me dió una sonrisa triste mientras sentía que todos mis síntomas tenían sentido ahora.

—¿Le molesta si llamo a mis padres? —pregunté y ella negó, tomé mi teléfono y apreté el botón de videollamada con mi padre. Contestó al tercer timbre —. Debo decirte algo, papá...

—Dime qué te sucede hijo —me dijo, sin reprocharme por mi falta de respeto al no saludarlo. Solo queriendo saber que andaba mal conmigo y porqué de repente estaba llorando sin haberlo notado hasta ahora.

—Yo... Yo... Papá, la... Leucemia volvió—apenas pude decir en un hilo de voz.

Lo siguiente que escuché fue que llamó a mamá y cuando supo la noticia también se derrumbó. Dijeron que tomarían el jet y vendrían en cuanto pudieran. Ahora todos esos pequeños malestares tomaban sentido, esos que para mí eran insignificantes, ellos me estaban alertando y ni siquiera me había dado cuenta.

Nada de esto tenía sentido, sabía que tenía tendencia a padecer cáncer por los genes de Lilith-june, pero no había tenido ningún problema de salud desde los doce años, que fue cuando terminé mi tratamiento para la prevención de enfermedades autoinmunes; las probabilidades de que enfermarse existían, claro que sí, aunque deberían de ser menores. Al parecer mi suerte no era la mejor.

¡Hola chicxs! ¿Como están?

Como ya podrán notar, nuestro querido Ben parece la misma enfermedad que su mamá biológica: Lilith-june. En los próximos capítulos veremos cómo evoluciona su caso. Pero de momento, me gustaría saber que opinan de todo esto.

¿Creen que Ben se va a poner bien? ¿Será que Evora e Isana se molestan con él por no poder ayudarlas? ¿Que creen que pasará con Martín?

Lo sabremos en el siguiente capítulo.

Los quiere,
Zabeth_Bany.

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