Capítulo 35. ¿Tanto amas el dinero?

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Ye Linghan golpeó extremadamente fuerte, y la bofetada que fue lanzada a la cara de Ji Ran causó que la comisura de su labio se abriera y sangrara.

Pero aún así, Ji Ran no quitó la sonrisa despectiva de su rostro.

Cuando Ye Linghan levantó la mano para golpearlo de nuevo, Ji Ran alzó la cabeza sin miedo y sus preciosos ojos estaban llenos de odio y desdén, mientras lo miraba con provocación.

Dijo: —Aparte de golpear con tus manos, ¿qué otra cosa sabes hacer?

Aunque la palma de la mano de Ye Linghan se elevó, no fue capaz de caer debido a que Yun Ziqiu le agarró la muñeca y le aconsejó: —Joven maestro Ye, ¡cálmate!

Al mirar hacia abajo, Yun Ziqiu le hizo un guiño a Ji Ran para instarlo a que se detuviera con moderación.

Después, Ye Linghan fue apartado hacia un lado y Yun Ziqiu le entregó una copa de vino en la mano: —Todos vinimos aquí con el propósito de divertirnos, así que no hay necesidad de causar tantos problemas... Además, todavía hay muchas personas atractivas e interesantes en este lugar....

—...

—Oye, tú... ¡Ven aquí! Yun Ziqiu hizo un gesto con la mano hacia un Omega de aspecto hermoso, por lo que el joven se acercó inmediatamente y se sentó junto a Ye Linghan.

Yun Ziqiu dijo: Sírvele bien al joven maestro Ye.

—¡Joven maestro Ye! El Omega sonrió y acercó un trozo de sandía a los labios de Ye Linghan.

Al pensar en la imagen de Ji Ran sentado en el regazo de Liu Haoquan y sonriendo, el corazón de Ye Linghan se llenó de ira y rencor, así que envolvió su brazo alrededor de la cintura de Omega y después de sentarlo en su regazo, bajó la cabeza y se comió el trozo la sandía que le estaba ofreciendo.

Como un niño enojado, Ye Linghan hizo todo eso para irritar a Ji Ran.

Después de todo, Ye Linghan simplemente no podía creer que Ji Ran no se enojaría al verlo hacer algo como eso y cuando se enojara, ¿como no iba a suplicarle que cambie de opinión?

Pero cuando Ye Linghan dió un vistazo a su alrededor y miró hacia él....

Ji Ran ni siquiera lo estaba mirando, solamente tenía un fajo de billetes en la mano y los estaba contando con detenimiento.

De inmediato, la expresión en el rostro de Ye Linghan se endureció y sus puños se cerraron con fuerza.

Hoy, Ye Linghan se sentía como un payaso provocador que hacia repetidas payasadas frente a Ji Ran y trataba de llamar su atención, pero Ji Ran ni siquiera estaba pensando en él.

¡Ni siquiera le pidió el dinero!

El Omega en sus brazos agarró con inquietud otro trozo de fruta y se dispuso a dárselo de comer a Ye Linghan: —Joven maestro Ye, come esta fruta~

Los ojos del Omega eran suaves como la seda y juguetones como los de un gato mimado, pero cuando se encontró con los ojos carmesí de Ye Linghan y percibió la intención asesina en su mirada, la expresión de su rostro se congeló de inmediato.

Ye Linghan apartó con fuerza al Omega de su regazo, y tiró del brazo de Ji Ran hacia él.

Sus dedos apretaron la barbilla de Ji Ran y lo forzaron a levantar su cara para que lo mirara.

Aunque todavía había sangre en la comisura de su labio, los ojos de Ji Ran seguían siendo obstinados y por eso a Ye Linghan le crujieron los dientes: —¿Tanto amas el dinero?

—¿Qué hay de malo en amar el dinero? Ji Ran apartó su mano de un solo golpe, guardó todo el dinero que estaba sobre la mesa en el bolsillo de su abrigo y sonrió cínicamente: —Si no amo el dinero, ¿debería amarte a tí?

Al hablar de sentimientos sólo se entristecía, pero al hablar de dinero no.

Si hubiera ido por el dinero de Ye Linghan en primer lugar, ahora no se habría involucrado en todo ese asunto.

—Sólo eres una puta que follará con cualquiera que le pague, ¡una maldita puta!

El insulto de Ye Linghan era difícil de escuchar, pero el rostro de Ji Ran estaba inexpresivo mientras lo asimilaba todo, y finalmente dijo con frialdad: —¡Sí! ¡Paga y tendrás sexo! Además, joven maestro Ye también acuérdate de pagarme por todas las veces que nos acostamos en los últimos días.

En ese momento, Ye Linghan apretó el puño con fuerza, las venas de su frente se hincharon y era como si un relámpago hubiera caído en el interior los ojos, pues había un aura espantosamente fría a su alrededor.

Yun Ziqiu respiró una bocanada de aire frío, y no pudo evitar pensar que Ji Ran realmente tenía muchas agallas.

Al decir tales palabras, ¿no tenía miedo de que Ye Linghan realmente lo matara de forma despiadada?

Ye Linghan estaba completamente enfurecido, así que tiró de Ji Ran por el brazo y lo arrastró fuera de la habitación privada.

Al mirar la furiosa espalda de Ye Linghan, Qi Zhou se acercó y le preguntó a Yun Ziqiu: —No lo matará, ¿verdad?

Yun Ziqiu ensanchó sus labios y dijo: —¡No lo creo! Además no es la primera ni segunda vez que Ye Linghan tiene una pelea con su pequeño amante.

Qi Zhou le sirvió una copa de vino a Yun Ziqiu.

—Pero a juzgar por como marchan las cosas hoy, me temo que no habrá una próxima vez. Dijo Yun Ziqiu y acercó la copa de vino a sus labios.

Poco tiempo después, la habitación privada volvió a estar animada.

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