–Dime quién eres– pidió el más alto de los dos.

–Do Kyungsoo.

–No, no eres Do Kyungsoo.

–¿Quién eres tú para decir eso? ¿Eh?

–Eres un clon.

–Fingir estar loco no va a evitar que vayas a la cárcel. Si piensas que estas tonterías van a salvarte, estás muy equivocado.

–No le tengo miedo ir a la cárcel porque yo no soy quien te trajo aquí y no estamos ni cerca de lo que tú piensas que es tu hogar. Puedes estar confundido y lo entiendo, pero si te tranquilizas vas a comprobar que tengo razón. Mira a tu alrededor. ¿Qué te llama la atención?

–Que no hay nada.

–¿Y no te sorprende que llevo la misma ropa que tú?

Kyungsoo se dio cuenta que traía encima un pantalón blanco y una sudadera del mismo color. No eran suyas, jamás las había visto antes. Notó que la ropa estaba manchada y maltratada, pero efectivamente parecía un uniforme, como si los hubieran vestido parecido a propósito.

–Estoy golpeado y herido también, ¿no eres capaz de verlo? Sería absurdo encerrarme también si soy el malo. ¿No te cruzó por la mente que puedo ser otra víctima?

No fue hasta ese momento que el chico fue consciente de su propio cuerpo. El miedo había servido como un analgésico, pero darse cuenta hizo que el efecto pasara. En ese instante identificó dolores y molestias que lo debilitaron. Su compañero de celda siguió con su monólogo.

–Además, y lo más importante, ¿qué tan loco tendría que estar para compartir este espacio tan sofocante con un histérico como tú por voluntad propia? Si fuera el secuestrador, no tendría que estar aquí.

El miedo, el dolor y el fastidio se vieron opacados por la inmediata irritación. Tanto su sufrimiento como su preocupación estaban siendo vistas como emociones que no eran para tanto. Una persona normal en una situación tan traumática no podía mantenerse en ese estado de calma. ¿Con qué clase de psicópata lo habían encerrado?

–¿Cómo te atreves a llamarme histérico? ¡Estoy asustado y estoy enojado porque estoy secuestrado! Y para mejor hacer con una persona como tú. ¿Te parece poco esto? Si fueras una víctima también no te parecería algo como para mantener la calma.

–No te secuestraron, te desecharon. Recuerda eso, porque no es lo mismo.

–¿Podrías dejar de decir esas cosas, Jongin! ¡Me estás confundiendo!

Un instante después de pronunciar ese nombre, sus ojos se cerraron, se volvieron a abrir y miraron para todas partes. Luego cubrió su propia boca por la impresión. El nombre le provocó un espantoso e intenso dolor de cabeza. Se mareó de tal forma que perdió el equilibrio y terminó tendido en el suelo sosteniendo su cabello, intentando disminuir de alguna forma la presión, pero no hubo manera. El sudor frío empezó a recorrer su espina. Se llenó de ansiedad, de desesperación y terror, verdadero terror. Sus huesos parecían romperse y su cabeza se sentía como si fuera brutalmente abierta. Los recuerdos desordenados lo azotaron. Estaba reviviendo cosas que no le pertenecían. En un instante todo lo que su insoportable acompañante decía parecía ser cierto.

Con las pocas fuerzas que logró acumular, se arrastró por el piso hasta una esquina, donde que quedó llorando por un largo rato, en silencio, sintiendo la sed que le provocaba perder líquido vital después de no haber comido ni bebido nada después de quién sabe cuánto tiempo. El otro muchacho estaba exhausto también. No tenía ni ánimo ni ganas de ser un apoyo de ninguna forma para nadie. También estaba asustado, también estaba preocupado. No tenía ninguna obligación con aquel individuo.

Don't be afraid║Kaisoo ║EXO Fest: JekyllWhere stories live. Discover now