🍃(Jinx = TN) 🍃
DONDE una joven elfo encontrará el amor en el tipo de persona que siempre odio, al principio le costará admitirlo pero tras un viaje juntos ¿podrá resistir la debilidad por él?
¿Acompañará a un grupo de enanos a recuperar su hogar...
Hos contaré un poco sobre mi antes de empezar esta historia.
Todo empezó cuando ni siquiera había nacido, mis padres eran elfos, pero no elfos normales, mi madre era una elfo lunar mientras que mi padre un elfo salvaje estas dos razas de elfo fueron perseguidas y masacradas hasta que no quedara ninguno de ellos, no porque fueran elfos si no por su gran poder y sus grandes conocimientos.
Eran como una especie de elfos perfectos, eran mucho más veloces, ágiles, fuertes y gracias a sus cristales verdes que llevaban colgados al cuello podían absorber magia de su genética elfica y usarla a su gusto, no eran tan poderosos como los magos pero si más que cualquier enano, elfo o humano.
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(Así eran los cristales, si no hos gustan los pueden imaginar a tu gusto)
Tanto era su poder que los de su propia especie los traicionaron por obtener esos cristales y su poder, haciendo caer su gran gloria.
Pero la codicia los traicionó y aunque vencieron a mi pueblo nunca lograron obtener ni uno de esos cristales, todos ellos se desvanecieron con mi pueblo todos excepto uno.
Mientras mi pueblo ardía entre llamas mi madre me envolvió en trapos, me puso un colgante de cristal verde y me colocó en una cesta de mimbre me dejó en el río esperando que mi destino no fuera morir y así fue.
Fui a parar a una pequeña aldea de humanos, mi destino allí no iba a ser muy diferente si descubrían que era un elfo pero para mí suerte un leñador pasaba por allí encontrándome y salvandome de aquel destino.
Me llevó a su cabaña alejada del poblado entre las colinas cerca del bosque, todo allí era verde y se respiraba el frescor del bosque.
El al descubrir que yo era un elfo no me desecho ni me delató, me crío como si fuera su hija y me llamó Jinx, cuando fui creciéndo fue enseñándome a pelear, defenderme, rastrear, moverme por el bosque con cautela y sigilo y sobre todo a cubrir mi rastro.
Según el me haría mucha falta en el futuro, casi nunca me dejaba salir al poblado y mucho menos relacionarme con humanos de allí pero un día por suerte del destino conocí a JB un niño del poblado el era dos o tres años menor que yo, era de piel morena y su pelo era rizado y negro intenso pero lo que más me gustaba de él era que era diferente no solo por el hecho de que no podía hablar si no porque veía bondad en el.
