Loona se encogió en su asiento pero sus ojos se abrieron ampliamente admirando la belleza en el rostro de Angel. Detrás de ella, su cola comenzó a moverse rápidamente y sus orejas se enderezaron como si quisiera oír hasta el más mínimo ruido que Angel pudiera hacer. Blitzø espió por el retrovisor y notó cómo el pecador se sonrojó ligeramente, suavizando más su sonrisa y moviendo sus dedos en forma de saludo. Loona abrazó su cola y movió sus dedos de regreso.

Blitzø se encontró sonriendo. Su hija tenía esta gran presencia hasta que conocía a alguien que era amable con ella por primera vez, con Stolas ella había saltado a la defensiva pero con Angel era como si su personaje favorito se hubiese vuelto realidad.

— ¿Y a mí no me vas a saludar? —Él se quejó para romper el silencio, intentando darle espacio a su hija para recuperarse.

— Celoso. —Angel le plantó un beso en la mejilla pero rápidamente retomó su atención hacia Loona— Me encantaría sentarme adelante contigo pero mis piernas no entran ahí y a tu papá no le importa.

— Exagerado. —Blitzø giró los ojos— Bueno, Stolas tendría problemas con los asientos... Supongo que debo arreglar eso.

Uh, con el sueldo que tenía eso iba a ser difícil.

Angel miró a Loona y movió sus cejas de forma juguetona haciendo corazones con todas sus manos. La niña giró los ojos pero no ocultó su risa.

— No arregla esta chatarra para mí, su amigo del alma, pero para su esposo sí. —Angel se quejó dramáticamente.

— Deberías verlos, ellos.

— Loony, no seas una niña traviesa ¿Podrías no contarle a todo el mundo esas cosas? —rogó Blitzø— Especialmente a Angel, no me dará un respiro.

— No necesito que me lo cuente para saber todo lo que haces por tu esposo. —se defendió el pecador.

— Oye... —Blitzø respiró profundamente y frunció el ceño— Apestas.

Loona se acomodó mejor en su asiento y olió el aire, lentamente se acercó a Angel y presionó su nariz contra la palma de la mano del pecador.

— Hueles a vainilla, brillo, café y cigarrillos.

— Tu papá dijo que no quería que yo oliera a Valentino, así que usé mi perfume corporal de vainilla. —Angel apoyó su mentón en el borde del asiento y agitó sus dedos frente a Loona para mostrarle los brillos blancos y rosados sobre su pelaje— Así que huelo rico.

— Claro que sí... —Blitzø rio entre dientes y se sintió satisfecho al notar que su hija estaba más relajada— Oye, Loony, mientras conduzco, ¿por qué no le cuentas a tu tío Angel sobre la reunión que tuvimos con Vox?

Angel frunció el ceño al escuchar el nombre del Overlord.

— No me digas... ¿Aceptaste volver a trabajar para él? Soy fanático de tu lado mercenario como cualquier otro demonio que te conozca pero ¿No va eso en contra de todo esto de la adopción? —El pecador rascó el espacio entre los cuernos de Blitzø— Mira bebé, tal vez no sea tan deslumbrante como trabajar para Vox pero el club donde canta mi hermana, Molly, anda necesitado de seguridad. La dueña prefiere personal femenino pero podemos hacer que funcione. Luces increíble en corsé.

— Angel... —Blitzø le lanzó una mirada de advertencia— ¿Podrías no adelantar tu boca veinte pasos del tema en cuestión?

Loona rio con malicia y se arrodilló en el asiento. Ella comenzó a contarle a Angel sobre su mala suerte en sus previas escuelas. El pecador escuchó atentamente, comentando sin censura en contra de los niños que habían tratado mal a Loona y felicitándola cuando se había defendido con más garras que palabras ante un par de abusivos.

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