24. Perfume

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WonWoo notó un perfume distinto a los que JeongHan acostumbra a usar, demasiado fuera de lo común. El hombre, quien desde que ha cumplido los veinticinco y halló su primer mechón canoso se puso tan paranoico que le da miedo parecer una verdura vieja a la llegada de los treinta; «Mi genética es de verdad un asco, imagínate que mi padre a los cuarenta lucía como un viejo descuidado y mi madre tenía la mitad de la cabeza blanca». Él no entendía su miedo a envejecer, con lo preciosas que son las canas y arrugas, pero respeta aquél temor, acostumbrándose a los meses (y a los años) al suave aroma a crema mezclada a los perfumes cítricos y florales que usa.

Lo supo desde el primer instante. JeongHan se rehusa a corresponder sus abrazos y no es común que sea distraído, todo lo contrario, tenía ojos hasta en la espalda pues no había detalle que no fuera pasado por alto y ni hablar de cambiar el rumbo de la conversación Esa repentina actitud evasiva lo trae desquiciado, ni siquiera cuando se encuentra de mal humor se muestra de ese modo, inquieto y escurridizo cual roedor. ¿Qué tanto es lo que busca ocultar?

Sus ojos barrieron el cuarto del mayor, no hay nada que levante sospechas. Su excusa, maravillosa excusa para adentrarse a dicho espacio consagrado, fue la de alcanzarle unos listones y retazos de tela sueltos; cosa que por supuesto haría, pero antes de llegar a ellos primero va a desviarse un poco. Sólo un poquito. Caminó por el reducido espacio, tanteando con la mirada los varios perfumes, colonias y esencias aromáticas: nada diferente, nada nuevo. Dio por hecho que esa fragancia no es de su pertenencia y frunció el ceño en signo de frustración, dedicándose a rebuscar entre la ropa sucia, específicamente la que usó ese mismo día.

Dulce, muy dulce, pero no empalagoso. Más bien fresco, como laureles y peonías con pequeñas pizcas de vainilla... ¿Tal vez cereza? Un gruñido nació de su garganta y devolvió con desprecio el cárdigan a su sitio, continuando con otra prenda. Floral, vainilla, cereza y fresas. Increíble, esa fragancia es propia a la de una mujer. ¿Debería importarle de quién ó cómo llegó ésta a impregnarse en JeongHan?

Sin perder un segundo más tomó los listones y pedazos de tela, emprendiendo camino a pasos lentos. Pudo divisar al otro extremo de la sala su distinguida figura; el deshabillé atado en la cintura, deslizando sin cuidado sobre sus brazos y el cual si no fuera por esa larga cabellera castaña tendría una vista directa hacia su espalda.

—¿Quieres? —escuchó, alzando una copa de vino en lo que termina de garabatear. WonWoo no respondió, al contrario, dejó el encargo sobre el escritorio y sus manos viajaron directo hasta el cuerpo del hombre—. ¿Qué pasa? ¿Qué tanto hueles?

—¿De quién es este perfume, JeongHan?

El castaño encarnó una ceja ante el interrogante, sintiéndose invadido en su propio hogar y bajo su propia piel.

—¿Estás asustado?

—No lo estaría si me dices porqué hueles a un perfume de mujer y tienes brillos en el cabello —contrarresta.

La seriedad en el rostro de JeongHan duró al menos dos segundos, ya que al tercero estalló en risas. ¿Cómo podía ser tan incrédulo?

—Es el perfume de mi sobrina. Al rociarlo tira brillos.

—¿Crees que soy tonto acaso?

—Tú porque nunca tuviste un perfume de barbie… Apuesto que va a encantarte el de uva, maldito inculto.



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volví de mi episodio
depresivo aún más
deprimido y con más
ganas de cometer sword,
pero también con ganas
de comentarles cosas sobre
mis señores JAJSND

¿debería colocar esos
datitos en notas,
hacer un headcon o
simplemente agregarlos en
los capítulos? 👀

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