Tristeza, es lo que envuelve parte de la historia de nuestros protagonistas. Ruby después de una tragedia, luchara por sus sueños. Al igual que Ryan; que después de descubrir algo que lo destrozo seguirá en pie solo por una cosa. Ser el mejor. Ambos...
-Que ganas tengo de ir a la fiesta, ¡ya verás qué bien nos lo pasaremos! – no paraba de repetir Hannah.
Sinceramente yo no estaba tan emocionada como ella. La última vez que fui a una no acabó muy bien así que esperemos que no se vuelva a repetir.
-¿Ya sabes a qué hora vendrán Peyton y Daniel? – dije yo.
-No se, pero espero que no lleguen tarde. La última vez se perdieron toda la diversión.- contestó.
-Ya bueno –le dije desanimada.
No se si quería que se repitiera lo mismo. La última fiesta a la que fuimos, todo se descontroló. Literalmente; creo que es la fiesta de la que menos cosas recuerdo. Lo único que tengo un poco nítido somos a Han y a mí encima de una mesa de billar, después en una piscina, y para colmo me desperté en el baño con un gay, una chica emo y un chico que jugaba al béisbol. Así que no. No quería volver a estar en la misma situación.
-Venga, no estés triste, nos lo pasaremos bien, y esta vez no nos separaremos. –intento animarme Hannah.
-Ya lo veremos –dije riendo. Y dicho eso nos fuimos.
Desde casa de Hannah a la fiesta teníamos que caminar 45 minutos, pero gracias a Cayden y a sus permisivos padres solo tardaríamos unos diez minutos en coche.
***
-¿Pero dónde está este chaval? –replicó por cuarta vez Hannah- Ya a pasado una hora, ¡Una puta hora! ¡Llámalo otra vez!
-Hannah relájate, antes me ha dicho que ya estaba saliendo, la fiesta puede esperar.
-No, Ruby, quería llegar pronto para que Steve me viera de las primeras. –dijo
Ay Steve, Steve...Quien diría que mi mejor amiga estaría tan embobada por un tío. Steve Watson es jugador de waterpolo en nuestro instituto, es un año más mayor que nosotras y es un rompecorazones y también un rompe pantalones.
-De verdad, ¿Cuántas veces tengo que decirte que pases ya de ese tío? Si no está contigo, está con alguna de sus 80 novias.
-Ay Ru, lo se vale. Por eso quería llegar la primera, para que se fijara en mi primero.
- ¿Y luego qué? ¿Liar-te con él un rato y que él se vaya con la siguiente? No eres un número más de su lista abre los ojos ya; puedes conseguir-te a alguien mucho mejor.
-Ru tranquila vale, es solo para pasar el rato.
-Sí, eso mismo dijiste la última vez que lloraste por su culpa.
-Dejémoslo aquí vale, no quiero discutir contigo antes de salir.
-Vale, mejor.
Justo entonces escuchamos un coche que pitaba en la calle.
-Es Cayden, vamos. – dije y por fin salimos.
-Pero bueno señoritas, que bellas estáis esta noche. - dijo Cayden nada más vernos.
Hannah llevaba puesta su última adquisición; un vestido negro de manga larga llenos de oberturas. En cambio, yo había optado por algo diferente a lo que me suelo poner. Un vestido plateado con una cinta en el cuello.
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