11┋❝𝔱𝔥𝔢 𝔭𝔯𝔬𝔱𝔢𝔰𝔱❞

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Cruzar el río daba mala suerte, eso le había dicho Solace en el día en que se conocieron

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Cruzar el río daba mala suerte, eso le había dicho Solace en el día en que se conocieron. Conocerla a Solace no había sido un error, sino que el error fue cruzar el río. ¿Realmente se arrepentía de hacerlo?

¿Qué más da?, pensó George, todas lo errores que había cometido eran irreversibles, no podía volver atrás y cambiar el pasado. No iba a torturarse a sí mismo arrepintiéndose o deseando que las cosas hubieran sido diferentes. Era como volar en una escoba que no puede retroceder: si ya no podía regresar atrás, ¿qué podía hacer?, ¿quedarse con la escoba en el mismo lugar? No, porque lo único que iba a lograr con ello era perder el tiempo.

Él iba a seguir adelante con todo. Así era la vida. Si otras personas se quedan atrás y tú intentas buscarlas, te quedarás perdido.

A George le sorprendía un poco el hecho de que no estuviera encerrado en su habitación, que no estuviera llorando. Se sentía muy bien, de hecho, pues sentía que se había quitado un peso de encima. No por Solace, sino por el Ministerio de Magia.

Pero la extrañaba.

Oh, sí que lo hacía.

Pensaba en ella, aunque no quisiera e intentara no hacerlo, no había ningún momento del día en donde su mente no le mostrara la imagen de Solace y su voz.

Le dolía mucho saber que ya no existía en su mente, que ella prácticamente jamás lo había conocido. Lo único que le quedaba de Solace, era su anillo, con el cual dormía todas las noches; y cuando no dormía con el anillo, él lo guardaba en su bolsillo.

Septiembre había llegado. Hacía un mes él había tenido que tomar una decisión muy difícil pero, como George se repetía a sí mismo cada vez que empezaba a dudar si había tomado la decisión correcta, él no se arrepentía.

No se arrepentía de nada.

Ni de conocer a Solace.

Ni de enamorarse de ella.

Ni de tener que dejarla ir.

Pero a pesar de que se lo repitiera todos los días, sabía que había un pequeño lugar en su cerebro que se arrepentía de haberla conocido, y sabía que había otra parte más grande que se arrepentía de su decisión.

A petición suya, su familia no volvió a mencionar a Solace ni tampoco la audiencia que George tuvo en el ministerio. Pero, Merlín, sí que era difícil no hacerlo. Hubo varias ocasiones en las que casi se les escapó el nombre de Solace o el Ministerio de Magia. George fingía que no los había entendido, cuando los había entendido a la perfección. Apreciaba que al menos lo intentaran.

Los amigos de Ron, Harry y Hermione, fueron a la Madriguera ese mediodía.

—Lo sé —dijo Hermione—, ¿y saben lo peor? Oí un rumor que dicen que están haciendo una supuesta investigación sobre los niños descendientes de nacidos de muggle. Marquen mis palabras, porque en menos de dos años van a dictar una ley en contra de nosotros. Si a los magos y brujas del Mundo Mágico aún les queda aunque sea una pizca de conciencia, allí es cuando se van a dar cuenta de lo que el Ministerio de Magia está tramando. Quizás en ese entonces se levanten para manifestarse junto con nosotros, pero lo peor es que ¡podría ser demasiado tarde para ese entonces!

𝐋𝐎 𝐐𝐔𝐄 𝐍𝐎𝐒 𝐃𝐈𝐕𝐈𝐃𝐄 【𝐆.𝐖】Where stories live. Discover now