Sabo x lectora | ❝Nuestros lazos seguirán unidos por siempre❞
La ausencia de recuerdos, ya sea temporal o permanente, recibe el nombre de amnesia. Donde el individuo es incapaz de conservar o recuperar información almacenada con anterioridad.
Olvida...
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—Al menos trata que te recuerde, aunque no sepa la verdad.
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Seguíamos en silencio, y debo reconocer que eso me asusto.
¿Si no me aceptaba?
—De acuerdo —me sorprendí ¿Así de fácil? —Ven conmigo —empezó a caminar y lo seguí —Cuando lleguemos a nuestra base te asignaré a un grupo, a partir de ese momento no te separes de ellos —asentí.
—Disculpe... —me miró de reojo —¿No cree que me acepto muy rápido? ... ¡Digo! No me malinterprete, quiero permanecer a esta organización, es solo que si no fuera yo, otros podrían, no sé... ser espías de la marina.
—No te preocupes, sé perfectamente quien eres.
—¿Sabe quien soy? —murmure confundida, será que...
—Sí.
—...
—...
—¿Será por Luffy o Garp? —susurré con intenciones de que me escuche, no pasó desapercibido lo tenso que se puso al mencionar a Garp, reí por lo bajo.
—¿Por qué los mencionas? —trato de parecer que no los conocía —No los conozco —levante una ceja divertida.
—¿De verdad? ¿A ninguno? —sonreí de lado.
—No —dijo mientras silbaba, desviaba la mirada y le salía sudor por la frente.
—Qué mentiroso —reí, se comportaba igual que Luffy y Garp cuando mentían.
Ahora que lo pienso ¿Yo también hago lo mismo? Después de todo ellos son unos D. y yo también.
Aunque a Ace nunca lo vi así... pero...
—No, por favor —susurré, pude sentir sudor en mi frente. Aclare la garganta y lo observe de reojo poniendo mis manos en mi espalda —¿Entonces está diciéndome que no conoce al Héroe de la Marina?
—... ah, ese Garp —sonreí divertida y asentí —¿Por qué lo preguntas?
—Digo... usted es su hijo ¿No? Y también es el padre de Luffy.
—...
—¿No dirá nada?
—... —suspiro —Quisiera saber como lo sabes.
—Es fácil, los tres tienen el mismo apellido Monkey D. —me encogí de hombros —Y... el abuelo Garp, es decir su padre, me lo confirmó —un escalofrío paso por mi espalda al recordar ese día.
—Viejo de mierda —susurro, reír un poco más, no pensé que lo llamaría así, sin embargo, era de esperarse.
