santa tell me, joão felix

016. finally

omnisciente

El tono carmesí de la fémina era muy notorio, pues hacia demasiado frío y llevaba solo una chaqueta puesta.

¿Un veinticinco de diciembre iba a trabajar? claro que si, aunque no le gustara. Por lo menos se mantenía ocupada un rato.

Los regalos los había abierto recién comenzaba la mañana; y debido a eso, tenía todo el día libre, hasta que una nueva oportunidad para su carrera aparezca —que claramente fue así.—

Su cuerpo temblaba, no dejaba de hacerlo. ¡y nada mas eran las cuatro de la tarde! se supone que donde más hace frió es en la mañana, ¿no?

Decidió no ir en coche al estudio, cosa que se arrepintió. Todo por ser perezosa en arrancar el auto, y ahora se encontraba deambulando por las calles de londres muerta de frío.

Una llamada entrante sonó, por lo cual decidió atenderla.

— ¿cómo va tu día sarah? no me has contestado los mensajes — exclamó gigi.

— estaba durmiendo. respondiendo a tu pregunta, aburridisimo. me han llamado para una sesión navideña que se había retrasado y justo hoy se realiza. ¿que tipo de odio me tienen? para colmo estoy llena de nieve y casi me estanco en el piso.

— ¿ya volviste de la sesión o todavía no la has hecho?

— ya la hice, al mediodía y terminó hace un rato, pero todavía sigo caminando por las calles, ¡están desiertas! mira si me secuestran —dramatizó la de cabello azabache.

— ¿quieres que vaya a buscarte? mándame tu ubicación.

Negó, aunque su amiga no podia ver su acción — no. ve con tu familia. se que a ellos les gusta festejar todo el día la navidad.

— agh. ya me quiero librar, están todos mis primos intensos y no me dejan en paz, ¡ayúdame!

reí — si tu lo dices... ya te envío la ubicación que me aparece en el teléfono, por que yo ni se donde estoy.

— fue una odisea venir hasta aquí, el destino me está avisando que debo quedarme en casa y dormir — continué.

— pareces el grinch — bufó.

— ¿y que quieres que diga? no tengo nada que hacer hoy más que dormir, comer y dormir otra vez.

— ¿que tengas espíritu navideño? — su voz tomó un hilo de diversión —no seas agua fiesta sarah, sabes que amas esto.

— claro que amo esta festividad, ¿quien no? pero ya me aburrió, y más la de este año. ¡no sucedió ninguna novedad!

Sarah y su manager estaban rumbo a dar caridad, observando el paisaje que se encontraba a la par suya.

Llegaban tarde, como siempre, eran las siete de la tarde y por suerte no atardecía todavía, a pesar de que era invierno.

Louis conducía, y por supuesto la ojiverde iba de copiloto.

Llevaba haciendo caridad desde hace cinco años, y adoraba hacerlo.

Los rostros de los pequeños se iluminaban cuando recibían los regalos, y ella simplemente les dedicaba una sonrisa.

Era lo usual de la navidad, junto a las mañanas navideñas con su familia, claramente.

Llegando al hogar donde darían los obsequios, observo nuevamente a su alrededor; lucia diferente donde vivía, pero veía cómo todos los niños se sentían cómodos allí, según ellos, era acogedor.

Ya cuando arribo, se encaminó hacia el establecimiento, mientras sus guardaespaldas cargaban todos los bártulos que había traído.

Al encontrarse con los pequeños, suspiro aliviada.

Les entrego a cada uno sus regalos, ya que como los conocía sabia el gusto de ellos.

Paso vario tiempo allí hasta que decidió volver a su casa, ya que se encontraba demasiado cansada para seguir ahí.

Claro que le encantaba, pero ya iba anocheciendo y por lo menos quería descansar aún más.

Tomó asiento otra vez en el coche y ambos se encaminaron hacia el Kensington Palace Gardens, donde residía la fémina.

El viaje fue largo, pues habían ido hacia otra ciudad y el tránsito era muy notorio.

Decidió dormir el mayor tiempo de la travesía, así podría abrir los ojos y ya encontrarse en su hogar.

Y así resultó.

Se despidió de su agente para abrir el cerrojo de la entrada.

Se vistió con su pijama y se recostó en el sofá, bostezando repentinamente.

A la hora de caer en los brazos de Morfeo, sonó el timbre desconcentrándola de su objetivo, por lo cual se tuvo que levantar del cómodo objeto en el cual se encontraba y caminar en dirección a la puerta.

— ¿que haces aquí joão? — preguntó, aturdida.

— te he traído... un regalo, de navidad — se rasco la nuca.

— mh gracias, no tenías porque.

El silencio reinó el lugar, hasta que la morocha decidió romperlo.

— lamento por irme de esa maner-

— sarah — la interrumpió — actué sin pensarlo, lo siento, no pensé en tu pareja, ni en ti, solo es que pensé que tú sentías lo mismo que yo, y no encontré palabras para expresarme correctamente.

— es que si, si siento-

— no tienes que disculparte otra vez — lo hizo de nuevo — se que hice mal en confundir tu amabilidad con otra cosa, enserio que lo lamento.

— joão.

— sarah, enserio lo lamento — aclaró su garganta — de verdad.

bufé — joão, déjame hablar — reí — si, siento lo mismo, no hallé el momento para decírtelo, y ahora que acabo de cortar con antoine, puedo darme cuenta que siempre sentí algo por ti aunque lo quisiese ocultar, pero el problema también es ese, acabo de romper con anto.

Mordisqueo el interior de su mejilla nerviosa, esperando que el portugués hable.

Sintió como su corazón empezó a latir rápidamente, ya que no se esperaba la llegada del joven, y menos expresar sus sentimientos.

— te daré algo de tiempo — sonrió — pero, ¿quieres intentar algo conmigo? ya sabes, algo más que amigos.

ok no me maten pero este
es el cap final, por lo cual
después de este vendrá el
epílogo donde sabrán si
resultó todo bien o, todo
mal 🫣🫣🫣

¿fue rapidito? obvio chicos pero la vida es así !!

dejen su voto o me enojo