Capitulo 3

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Camina por este mundo solo.

Martes, 15:30 p.m

Hermione y Neville caminaban decididos hacia el despacho de Harry. Se habían pasado por su casa, pero, al no recibir respuesta, intuyeron que se habían pasado las indicaciones del médico por el forro y estaba en el trabajo. Los cubículos de la segunda división estaban al fondo. Varios de los aurores que habian por alli los saludaron amigablemente. Algunos eran compañeros de clase, otros, simplemente conocidos de algún conocido que sabían de su posición como reconocidos héroes de la guerra.

Se detuvo al frente de Harry, que, para sorpresa de ambos, estaba vacío. Se iban a marchar cuando Ginny Weasley, la mano derecha del auror Potter, entró cargada con un montón de carpetas marrones.

-¡Herms! Nevi! ¿Qué hacen por aquí?

-Weasley ¡cállate!

-Te vas a encontrar con una poca de mierda de dragón en tu mesa, Jenkinss.- refunfuñó la joven sin que el hombre que le había gritado la escuchase. Hermione y Neville la siguieron al interior de su cubículo.- ¡Merlín! Estos expedientes pesan toneladas. ¿Buscaban a Harry, chicos?

-Sí, ¿sabes por dónde anda?

-¿Vienen a echarle la bronca por lo de ayer?

-No, ya lo intenté por la mañana, pero ya sabes que Harry hace lo que le da la gana con nosotros.

-Pues menos mal, porque cuando llegó, Jenkinss se le puso chulo, y hubo problemas por aquí. Hasta vino el Ministro a "aconsejarle" a Harry que se tomase las cosas con más calma. Sigue siendo el HÉROE y no puede arriesgar su vida por dos niños.- Hermione cerró los ojos y puso una mueca de dolor. Sabía como le sentaría un comentario así a su mejor amigo.

-Sí. - contribuyó Ginny.- Al principio estaba bastante calmado al responder, hasta que se les ocurrió darle un par de entradas para el concierto de The Silver Dragon diciéndoles que fueron y se relajate con el magnifico grupo.

-¡Mierda!- masculló Neville.- Me imagino la que se armó.

Ginny empezó a reírse a carcajada limpia. Con un brazo se sostuvo el estómago mientras con el otro se tapaba la boca para que no la escuchasen.

-Las entradas terminaron metidas por el culo de Jenkinss.- siguió riéndose mucho más audiblemente.

-¿Dónde coño está Potter, Weasley?- exigió un grito un hombre que acaba de llegar. Cerca de los cuarenta, tenía cara tan venenosa como un día fuera la de Severus Snape.- Como no se calle y deje trabajar a los demás honrados empleados de este departamento, les pondré a ambos una medida disciplinar ante Shacklebolt.

-Sí, Jenkinss.- la pelirroja hizo un esfuerzo por no seguir riéndose.- Estoy en una reunión con una Inefable, si no te importa.- el hombre volvió con paso furioso a su cubículo.- Silencio. Cada día me cae más mal este gilipollas. Lo bueno es que Harry se las hace putas. Y más ahora, aunque joder, fue un desperdicio tirar las entradas. Romilda intentó comprar una de reventa el otro día y le cobraban cincuenta galeones.

-El precio de venta fue de un galeón.

-Lo sé, por suerte, yo y Luna tenemos pase como representantes de El Quisquilloso.

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