🃧 Bien es sabido que las atracciones más interesantes se dan entre polos opuestos. 🃩
◭ No tenían nada que ver, él lo analizaba todo y ella solo vivía. ◮
⚇ "Polos opuestos se atren y por eso siempre chocabamos" ⚉
🂿 La virtud es el punto medio entr...
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CAPÍTULO I
El origen del fin
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—Rumi no lo hagas— le susurró un joven rubio a la pelirroja.
—Ya sabes que sí tengo. Es algo a lo que no me puedo resistir— dijo ella mientras creaba pequeños torbellinos en cada mechón de pelo del joven Aizawa—. Es que no aprende nunca. Si se duerme debe acarrear con las consecuencias.
La fricción de aquellos torbellinos con el pelo del azabache provocó que estos se empezarán a cargar de electricidad estática y comenzarán a parecer que poseían vida propia.
—Buenos días. Hoy tendremos entrenamiento de campo, así que pónganse los trajes— gritó el profesor que había irrumpido en el aula.
Rumi detuvo los torbellinos y se dirigió a recoger su traje, al igual que Yamada que fue junto a ella, mientras el azabache comenzaba a despertarse.
Pocos segundos pasaron para que toda la clase comenzará a susurrar y a reírse. Y mucho menos tardó Rumi en huir de las vendas provenientes de Aizawa, el cuál se había percatado del desastre en su pelo cuando una compañera le puso un espejo delante.
—¡RUMI, RUMI, RUMI!— vitoreaban todos siempre que ella realizaba alguna travesura al azabache.
—JAJAJAJAJA bonito peinado viejo estropajo. ¿Podría limpiar la mugre del suelo? Por favor— dijo entre risas Rumi mientras corría al exterior.
Ni siquiera tras la activación del quirk de Aizawa el pelo dejaba de estar electrificado. Como de costumbre habían empezado una pelea mientras el resto de personas miraban y animaban a uno de ellos. Aunque claro está, nunca llegaba a ponerse demasiado intensa la pelea pues siempre llegaba el profesor responsable a detenerlos y a llevarlos a detención.
—Con esta van ya 17 veces en lo que resta de curso. Y no llevamos ni tres meses— dijo el director claramente enfadado—. ¿Y bien? Estoy esperando una respuesta.
—Me comprometo a que no vuelva a ocurrir un altercado similar de nuevo, señor. —expresó el azabache en un tono claramente conteniendo la rabia y las ganas de desahogarse.
—Ha... Bueno, para qué mentir... Yo no puedo prometer algo así— expresó la chica con una sonrisa en la cara de oreja a oreja.
—Oye, enserio tú...—. El azabache se volteó con los ojos casi rojos y con una mirada asesina— ¿Es que nunca vas a parar de joder? Me da igual si a ti no te importa estar en detención cada dos por tres, pero yo la verdad que prefiero evitarlo. Es más, si no fuese por ti nunca habría pisado este maldito despacho—. Se levantó de su asiento realizando una reverencia al director y volvió a mirarla—. Déjame en paz de una vez por todas.
