Yoongi se revolvió en la mullida cama de paja y giró el cuerpo hacia su pareja.

"Sabes tan bien como yo que no quiero ascender al puesto de líder. Mi padre sigue siendo joven y la tradición de que el hijo herede tales responsabilidades al sobrepasar la mayoría de edad, debería comenzar a cambiar."

"Y aún así tú eres lo suficientemente responsable como para tomar ese deber incluso cuando la idea no te gusta. Así que, vámonos antes de que alguno de tus padres venga a buscarte y tiré de tus orejas hacia la cueva de tu familia."

Yoongi bufó y pasó sus brazos alrededor del cuerpo de su pareja. Escondió la frente contra el pecho de su alfa y aspiró el aroma natural de este que ahora impregnaba su propia esencia debido al embarazo. Solo habían tenido una semana para celebrar su enlace antes de que la ceremonia de ascensión pulsase contra ellos como una responsabilidad que debía ser llevada a cabo.

La marca sobre su cuello era reciente y la necesidad de mantenerse entre las paredes que consideraba como su nuevo hogar pulsaba con más fuerza que la necesidad de complacer las expectativas de un pueblo. Por eso tal vez se estaba permitiendo ser un poco más perezoso de lo normal.

"Solo cinco minutos más. Después me prepararé para la ceremonia, de todos modos solo quieren que acuda antes de la hora para darme una larga charla acerca de lo que tomar el relevo generacional supone e implicará para nuestra gente. Queda al menos una hora hasta que la Luna esté en el punto más alto del cielo."

Él jamás hubiera esperado que cinco minutos pudiesen convertirse en una eternidad maldita. Porque lo que aquella noche los llevó a abandonar la cueva en su forma lobuna no fue la responsabilidad de ascender como líder para la Casa de Viento sino los sonidos de alaridos y el olor a sangre que habían comenzado a llenar el ambiente generalmente repleto de las fragancias causadas por las cosechas y la comida almacenada en cestas de mimbre.

Yoongi ni siquiera pensó en mirar atrás mientras sus patas avanzaban a través del territorio que tantísimas veces había recorrido a lo largo de su vida y eso era algo de lo que más adelante tal vez podría arrepentirse.

No detuvo su avance a pesar de que el vínculo con su pareja de vida le indicó que sus caminos se estaban separando, porque sabía que él era fuerte y que la manada lo protegería si fuese necesario. Su alfa era un lobo de la Casa del Agua mientras que él pertenecía a la Casa del Viento. Las cuevas estaban cerca mas no en el mismo punto de la cima, de hecho se encontraban prácticamente en extremos opuestos, y aunque todos fueran una familia a pesar de las  estirpes que diferenciaban las habilidades que la Diosa Luna les había regalado, todavía existían responsabilidades diferentes para cada uno de ellos. Más tarde, quizás, podrían encontrarse en los túneles cuando el problema fuese resuelto y en el instante en el que quien sea que estuviese atacando a su pueblo fuese detenido.

Incluso si Min avanzó con toda la rapidez que sus patas le permitieron, la sangre ya bañaba las entradas de las cuevas menores, colindantes a las grandes estancias donde se realizaban los oficios. Allí dónde muchas personas probablemente dormitaban mientras la ceremonia de ascensión no comenzaba, descansando y preparándose para tres días de celebración constante.

"A los túneles. Entra y esconde a los más pequeños. Todo aquel que no pueda luchar o necesite estar a salvo, debe bajar contigo."

Min frenó en seco cuando la voz de su padre llenó su cabeza. ¿A los túneles en medio de un ataque? Ni siquiera había llegado más allá de la entrada de la cueva de su tribu y su padre estaba pidiéndole que diese marcha atrás. Su hocico todavía no había olido al enemigo, todo lo que estaba captando era la esencia de sangre y miedo que impregnaba las inmediaciones de su hogar.

ALPHA PLEASURE (YOONSEOK) - THE HOWLING SAGA ☽ Where stories live. Discover now