~One shots e imaginas de Harry Potter

Draco (3/4)

Desde que la mujer se reencontró con Draco hasta que finalmente llegó Navidad, múltiples encuentros habían ocurrido.
A pesar de que en un principio todos eran destinados a que el rubio aprendiera más de la hija, no tardó en buscar otras excusas.

Solo di que quieres tomar un té conmigo, no pongas "peros"... Eres horrible fingiendo.

____ se rehusaba a volver a confiar abiertamente en el hombre, pero siempre había tenido debilidad por él.
Draco aparecía en su puerta, con una docena de sus pastelillos favoritos, esa sonrisa vergonzosa y ella no tardaba en hacerlo pasar. Se divertían juntos.
Poco a poco empezaron a salir a dar paseos. Caminaban, charlando de la vida y de cómo le iban las cosas actualmente. Pero la verdad adoraban más hablar del pasado.

—22 de diciembre, estamos a dos días de noche buena...—____ soplaba el café entre sus manos, disfrutando el calorcito que brotaba del vasito—. ¿Ya sabes qué harás?—

—¿Con qué?—

—Con la cena de navidad, tonto.—

Draco la verdad venía esforzándose en no pensar en ello.

—Quiero pasarla contigo y Zafira, finalmente conocerla... Pero mi padre siempre viene a cenar a casa.—bajó la mirada a su café—. ¿Cómo me lo quito de encima... A él y a Astoria?—

—¿Una enredadera gigante comiéndolos te parece mucho?—Draco sonrió.

—Bastante, si.—

—Entonces solo diles "las navidades con ustedes son una mierda, la pasaré solo con mi hijo en... Rusia". Y vienes con el pequeño a cenar con nosotras. No es tan complicado.—

—... ¿No te molestaría que Scorpius venga?—

—Por supuesto que no, es hermano de Zafira después de todo.—

La mujer dió unos pasos más hacia adelante, pero al notar que el hombre no estaba junto a ella se detuvo y volteó atrás.

—¿Qué sucede?—

—... No esperaba que accedieras tan rápido y fácil.—

—¿qué esperabas? ¿que fuese un grinch o algo así?—respondió divertida.

—Que me odiaras... Eso esperaba.—

La mujer entonces notó el semblante conflictivo de Draco.

—... ¿Acaso quieres que te odie?—

—Por supuesto que no... Pero es lo que merezco.—

El ambiente se deprimió en un segundo, dejando a los adultos en un raro silencio mientras retomaban su andar.
La suave risa de una niña llamó la atención de ambos, buscándola por inercia. La pequeña de cabello azabache jugaba a unos metros, abrazando a los que suponían eran sus papás. Esa simple escena hizo que Draco se sintiera mal.

—Sé lo que piensas... Deja de castigarte por eso.—____ presionó su hombro.

—Zafira y yo nunca tendremos eso.—

—Eso no lo sabes.—

—Cuando yo tenía su edad, lo último que quería hacer era abrazar a mi papá.—

—Nadie quiere abrazar a tu papá... Tenga la edad que tenga y sea quien sea.—Draco resopló con cierta gracia—. Zafira... Estoy segura de que sabrá cómo tratar con todo esto. No te odiará, estoy bastante segura de ello.—

El hombre asintió cabizbajo, intentando realmente convencerse de que todo aquello funcionaría.

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