Vali observaba lo que estaba pasando, sabía que podía pasar, pero no sabía que la oportunidad iba a llegar tan rápido. Una vez que el duelo había comenzado nadie, ni él podían interferir, solo esperaría para ver si podían con él. Entonces una flecha pasó zumbando y se clavo en el hombro de Percy, no se quejó solo se maldijo por no estar más atento, rompió la flecha y siguió peleando sin darle pie a que pensaran que podían herirlo sin más. Percy cortaba y cortaba sus cuerpos en lugares específicos para poder debilitarlos, ya llegaría el momento en que destrozaría sus cuerpos.

—Vamos, vamos ¿es todo lo que tienen? —la provocación solo hizo que se volvieran más erráticos y Percy lo tomo como una señal para pasar al siguiente nivel. No los iba a matar, eso sería un premio. No, los iba a dejar tullidos y lisiados para que su honor de guerreros se extinguiera para siempre. Los cortes en el cuerpo solo eran parte del espectáculo.

No podía evitar pensar que en cualquier momento se le podía ir la mano y matar a alguien, pero pensó en todo lo que Eskol había tenido que soportar y no dejaría que ninguno de ellos siquiera tuviera lengua para hablar sobre como habían molido a golpes al hijo de Percy Jackson. Por lo que paso a la siguiente fase, iba a romper cada ligamento y tendón de sus pies y empezó a barrerse por el suelo para escapar de cada ataque y luego cortaría a la altura del talón para destrozar los tendones. El sonido de agonía era poesía. Todos sangraban de un pie y para esta altura Percy estaba con varios cortes, pero seguía sintiendo que la fuerza de la adrenalina y la rabia estaban de su lado.

Ahora necesitaba cortes de precisión. Cortesía de su paso por las cultural orientales.

Necesitaba cortar la coyuntura de la cadera sin tocar la arteria femoral. Debía ser preciso y rápido para terminar el trabajo, no quería que se desangraran. Pudo ver que uno de los sanadores se acercaba a ver los dedos que habían caído, no iba a permitir que los volvieran a usar por los que pisoteo con tal fuerza que explotaron como salchichas.

—Lo siento, nada se recicla —dijo limpiándose un poco de sudor, tenía una rabia contenida y el grupo de soldados ya estaba a medio para, pero su código les decía que no podían rendirse. Percy sabía eso. —¿Se rinden? Vamos, hagámoslo fácil —escuchó el grito de guerra de todos ellos que prácticamente le rogaban la muerte, pero no se las daría. El hombro de Percy pedía atención, pero no era momento para ello, ya llegaría su tiempo.

Siguió luchando con los que aún se atrevían para seguir contado no profundo pero si en lugares claves para darles el peor de los destinos, se estaba asegurando de cortar de tal forma que no hubiera medicina que los pudiera volver a poner de pie. Después de varios cortes y hombres tirados en la tierra negándose a rendirse. Vali decidió hacer su aparición.

—Creo que ha sido suficiente —no planeaba entrometerse, pero trató de ser persuasivo, aún había un largo camino en esta noche.

—Quiero oírlo de su propia boca —Vali refunfuño, porque estos malditos no se iban a rendir, sería una deshonra para ellos por todos los siglos y la mancha en su linaje. —¿Se rinden? —ninguno dejo nada, Percy lo tomo como una invitación, por lo que tomo su cuchillo con la hoja para abajo, iba a terminar el trabajo. (N/A: Imaginen la escena de la película "El patriota" cuando Gabriel va con su cuchillo para destazar al soldado ingles que quemó viva a su esposa en aquella iglesia)

Vio a uno de los niños cerca con un cuenco de agua y se acercó para tomarlo con delicadeza, los niños no tenían porque ser victimas en esto. Pero si que debían aprender que no había acción sin consecuencia. Luego de ello se acercó al primero que estaba respirando agitadamente pero sin ánimos de rendirse. Levantó su hacha con la mano en la que le quedaban dedos y Percy de una patada la mando a volar. Se acercó a soldado y le susurró al oído.

Algunas cosas toman tiempoWhere stories live. Discover now