Recorrí las tiendas, todas eran muy bonitas y tenían su propio estilo que las hacían diferenciarse entre sí.
Compré todo lo necesario y luego para finalizar entré a una papelería, me encantaban las papelerías tenían un sinfín de cosas que podías necesitar y no lo sabías. Simplemente las amaba.
Había mantenido mi cabeza ocupada con eso, comprando cosas para la casa...y otras que no eran tan necesarias. Simplemente las amaba.
Había mantenido mi cabeza ocupada con eso, comprando cosas para la casa...y otras que no eran tan necesarias. Tenía llamadas perdidas y mensajes de Felix, los que no respondería por el momento.
Ian.
También pensaba en lo atento que había sido el garzón. Parecía un buen chico, me agradaba. Tenía el anhelo de volver a toparme con él, simplemente para curiosear.
Era tarde, la hora pasaba rápido cuando se trataba de vitrinear. Heche un vistazo a mi teléfono en busca de la hora, 21:09. De seguro Felix estaba hirviendo en rabia. Se lo merecía.
Caminaba por la calle bajo la luz de los faroles únicamente, el viento soplaba elevando levemente mi vestido, tenía frio, hubiera aceptado su saco cuando me lo ofreció, pero no, mi orgullo era más.
-Hola chiquita.. -Dijo alguien desde un callejón acercándose hasta mi.-
Un ebrio. Cómo los detestaba, siempre me traían malos recuerdos. Trate de ignorarlo y no hablarle, pero con lo insistente y lo cerca que estaba no podría no tomarlo en cuenta.
-Oye linda... ¿a dónde vas tan deprisa, muñeca? -Tomo de mi brazo impidiendo que pudiera seguir caminando, me voltee asustada tratando de quitar su agarre.-
- Suélteme. -Traté de decir firme y segura, pero la verdad es que quería llorar. Jale fuerte de mi brazo, pero no me soltó, me acercó aún más a él, mi estatura pequeña no ayudaba. Podía sentir su fétido aliento y su nauseabundo olor corporal. -
-Vamos nena...no te resistas... -Mi corazón palpitaba rápido del miedo, se estaba apoderando de mí y no me dejaba reaccionar.-
-¿No entendió?...Dijo que la soltara. -Dijo una voz que se me hacia familiar a mi espalda, mas no me voltee a ver.-
- ¿Eh!?... ¿y tú quién crees que eres? -Sacudió de mi brazo fuerte haciendo que suelte un quejido.-
-Su novio. -Me rodeo con su brazo jalándome a él, quitándome de las manos del sucio ebrio.-
Fue cuando pude ver su rostro. ¿Ian?...Dios, esto no podía ser más embarazoso.
-Ah... no le iba hacer nada, solo estaba jugando con la señorita...
-No me interesa, solo no lo vuelva hacer, o lo lamentará. -Advirtió serio, volví la vista nuevamente a él, para asegurarme de que realmente era Ian.-
-Tks... -Gruño para luego irse por el callejón por donde había salido antes.-
Finalmente, al verlo irse pude respirar tranquila, por una extraña razón me sentía segura con el chico que había conocido hace unas horas y con el que estaba en una calle sola a altas horas de la noche.
-¿Estás bien?, ¿te hizo algo? -pregunto luego, revisando mis brazos.-
-Sí, sí...estoy bien. -mentí con mis ojos lagrimosos haciendo esfuerzo para que no se me cayera una lágrima.-
-Está bien, tranquila... -Dijo tratando de calmarme mientras me abrazaba. Maldición. Me puse a llorar, el abrazo había sido reconfortante además él olía muy bien. - Tranquila, ya pasó...
