Mierda. Tenía que hacer trabajos en equipo nuevamente, odiaba eso. Los estúpidos nunca se ponían de acuerdo para tomar una decisión sobre el trabajo, Tomas era el único en el grupo que me apoyaba y quería terminar cuánto antes esto.
Llegué a casa,estaba estresada, me tomé una ducha. El agua estaba tibia, me quedé un momento bajo el agua la cuál recoria mi cuerpo desnudo.
A través del empañado vidrio de la bañera veo una silueta, la cuál no se demoró en acercarse a mí, corrió la puerta. Félix.
-¿Hay lugar para mí cariño? -se introduzco sin más-
Abracé su cuello con mis brazos y con mi uñas hacía caricias en sus hombros.
-Siempre hay lugar para ti, bebé. -Besó mis labios, sus manos se posicionaron en mi caderas apegado mi cuerpo al suyo,comenzaban a bajar hasta mis nalgas, las cuales amasó con lujuria-
-Genial, necesitaba estar con mi nena. -comencé a sentir cómo su miembro había despertado, estaba duro en mi pelvis-
-Mh..cariño...quería hablar de algo contigo. -dije insegura, sabía su reacción-
-No puede ser después de la ducha? - Me acorralaba a la pared besando de mi cuello-
-Es que...Luego de la ducha tengo que salir..
-Bien, ¿Qué sucede? -dijo serio-
-Tendré que quedarme en casa de una compañera, tengo un proyecto en grupo. -Dije deprisa-
- ¿Con chicos?
-Sí.. pero dormirán en cuarto aparte.
Me observó pensativo un momento.
-Bien...Me avisas y yo te recojo. Como no te Tendré durante la noche --cambio su tono de voz- , te necesito ahora.
-Mhh...pues aquí me tienes. -me tomó de las nalgas subiendome sobre él, apoyándome contra la pared- Hazme tuya...
-Pídemelo bien, cachorrita. -Me miró a los ojos mientras el agua caía sobre nosotros, mi entrada se comenzaba a mojar, tenía la punta de su pene en mi entrada-
-Por favor. Hazme tuya. -oculté mi rostro sonrojado sobre su hombro-
Sus dedos comenzaron a jugar con mi entrada, recorrió de norte a sur, introdujo dos dedos tocando mi clítoris en círculos.
-Me gusta cuando te mojas en mi mano.
Maldición. Era tan bueno con las manos, mordí su hombro, mientras me aferraba a su espalda.
-Más, por favor. -supliqué. Mis caderas se movían lento-
-Lista? -Agitó su pene con su mano libre, rozó la punta en mi clítoris y empujó suave en ella.- Oh...mierda.
Solté un gemido corto y suave. Él tomó mi mandíbula, me hizo verlo a los ojos y probó de mi boca, mientras con cuidado seguía metiendo por completo su miembro dentro de mí.
Emitió un jadeo dentro de mi boca, mis antebrazos a los lados de su cabeza y mis manos en su nuca. Me separé por falta de oxígeno. Mi respiración agitada, por estar bajo la lluvia de la ducha costaba aún más respirar.
-Cómo amo tu apretado coño. -recorrió mi cuello depositando besos en el-
Sus caderas se movían lento pero firmes, sus manos aferradas a mis nalgas, mi espalda resonaba en la mojada pared, mis pechos chocaban una y otra vez en el suyo.
-No quiero que te contengas. -dejé caer mi cabeza hacia atrás, dejándome llevar completamente por la lujuria-
-No lo aré.
