-¿Cómo sabes todo eso de mi padre?.

-¿Qué cómo lo sé?, pues muy sencillo mi princesa del hielo, métetelo en la cabeza, porqué yo lo maté al igual que te voy a matar a ti tal vez no sea hoy ni mañana pero te juro que te mataré y que como digas algo a la policía te vas a arrepentir aún más porque iré por el resto de tu familia.

Dijo Blake por último antes de coger todas sus pertenencias y marcharse de la habitación dando un portazo. Ahí me quedé yo sentada, sin poder moverme lo más mínimo, a la espera de que algo me salvara o de que todo esto que me estaba ocurriendo fuera una simple pesadilla o que fuera una broma de mal gusto. Intenté mover mi mano derecha para pellizcarme, sin embargo no pude y eso era todavía más frustrante. No entiendo muchas de las cosas que me ha dicho como por ejemplo lo de mi hermano. ¿A qué se refería con que soy una persona fría y sin corazón?, ¿de verdad le ha dicho eso mi hermano?, ¿por qué? y sobre todo ¿de verdad de la buena que Blake mató a mi padre?, sí es así ¿lo ha hecho solo o en compañía?,¿dónde lo hizo y cuándo?. Tenía tantas preguntas y yo tan pocas respuestas que no sabía que hacer.

Por una parte iría a la policía y lo denunciaría todo, sin embargo no tengo ninguna prueba que los vincule y me arriesgaría a que me mate en un santiamén. Por otra parte podría mantenerme callada y esperar a ver qué pasa e intentar cubrirme las espaldas lo máximo posible. No sé qué hacer pero sin duda algún ano tengo mucho tiempo de decisión antes de que algo suceda me da a mí y eso es lo que me aterra.

Después de unos cinco días más o menos en observación por fin me darían el alta el día de hoy por lo que volvería a mi dulce hogar. No sé si llamarlo así o no en estos momentos pero por lo menos saldría de estas cuatro aburridas y blancas paredes. Sí soy sincera la cien por cien por una parte me quiero largar de aquí para volver a mi rutina y por otra parte no porqué aquí me siento segura por la vigilancia que cuenta este hospital. Con un suspiro de cansancios filtrándose entre mis labios tomé el bolígrafo azul sobre el mostrador la entrada al mismo tiempo que mi doctora Mendoza me tendía los papeles del alta médica para firmarlos. Una vez termine de signarlos, me tendió una copia de ellos junto a unas recetas médicas las cuales tendría que pasar por la farmacia a comprar. Eran varias medicinas entre ellas Diazepan, Naproxeno entre otras muchas más. Sé que algunas eran para el dolor otras para la inflamación, otras eras relajante musculares y así. Cuando tuve todo en mano le agradecí con la mirada y con la voz más audible.

Al salir por la puerta del hospital el aire fresco chocó contra mi cara haciéndome soltar un suspiro de satisfacción. Echaba de menos la brisa otoñal junto a su solecito. Echaba en falta el cantar de los pájaros el ruido de los coches y las motos, también había deseado con todo mi ser escuchar el murmullo de las personas en las calles de la ciudad. Ahora tenía un pequeño dilema existencial y era como iba a volver a casa llamaría mi hermano que me recogiera sin embargo él no poseía del carnet de conducir y no podía arriesgarme a llamar a Blake debido a la situación en la que me encontraba. Si alguien no se pregunta por qué no llamo a mi madre es por el simple hecho de que ella murió en el momento de dar a luz a mi hermano pequeño Yohan. Tal vez debería de llamar a un taxi a que viniera a recogerme sé que me costará algo caro debido a que Beigrerton se encuentra fuera de la ciudad pero es la única opción que me queda. Así que atiné el teléfono móvil con la mano y comencé a marcar el número de después de varios pitidos de línea me contestaron.

-Buenos días, central de taxis dígame.

-Hola, buenos días, Vera me gustaría que me enviarán un taxi en la calle Naulex enfrente del hospital general de Tuliavent.

Justo en el momento que estaba dando la dirección de la cual me tenía que recoger el taxi el claxon de un un Seat León negro con matrícula 6735QTF se paró frente a mí. Acto seguido bajo las ventanillas del coche y de ahí se asomó el joven policía con el cual había sido interrogada sobre el accidente de tráfico. Me hizo una señal con la mano para que me acercara al coche.

-¿Vas a algún lado?,¿quieres que te lleve?.

-No te preocupes, ya he pedido un taxi y está en camino para que me recoja, además no quiero ser una molestia.

-No es ninguna molestia así que sube yo que llevo.

Posteriormente de debatirlo durante unos segundos entre si aceptar su oferta de que me lleve o esperar al taxi decidí ir con él. No obstante la voz la otro lado de la línea llamó mi atención.

-Entonces señorita le envío un taxista a la calle Naulex enfrente del hospital general de Tuliavent.

-Eh...no disculpe ya no hace falta que envíe a nadie, siento la molestia-dije algo apenada a lo que colgué la llamada al instante.

El joven policía salió del coche y me abrió la puerta y con una señal de mano me invitó a entrar. Yo asentí con la cabeza e hice lo que él dijo. Una vez dentro del turismo una música suave y pegadiza envolvió todo el entorno, me puse el cinturón de seguridad con una mueca de dolor pintándose en mi cara. Todavía me duelen las costillas y todo el cuerpo después del accidente, pero por suerte apenas lo noto debido a las fármacos que me habían inyectado.

-Que bueno volver a verla señorita Ekatherina, estos días me preguntaba cómo se entraba usted.

-Por favor no me hable de usted, hábleme de tú y si no es mucha molestia llámame Kathe-pronuncie con voz suave.

-Entendido a partir de ahora te llamaré Kathe-anunció el moreno con una sonrisa en la cara-por cierto no me he presentado todavía, me llamo Conor, Conor Crawford.

-Encantada de conocerte Conor.

-¿Dónde quieres que te lleve?,¿te llevo a Beigrerton?.

-Si no es mucha molestia sí por favor.

-No es ninguna molestia, vamos para allá.

Durante el trayecto en coche de Legnal hasta Beigrerton hubo un ambiente la mar de agradable, la música estaba de fondo y las conversaciones triviales entre nosotros no dejaban de fluir como el agua ade un río. Es muy agradable hablar con Conor, se nota que es una persona muy inteligente y educada. Antes de que me diera cuenta el detuvo el vehículo de golpe y me señaló la puerta para luego decir:

-Te espero aquí, no trade mucho.

Me fijé hacia la dirección donde estaba apuntando y me di cuenta de que se había detenido delante de una farmacia, a lo que yo lo miré sorprendida.

-Estoy seguro de que tienes que comprar algunos medicamentos, por eso te he traído aquí.

-Vaya muchas gracias.

Cerca de la muerte [EN PROCESO]#PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora