Capítulo 1

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Me hallaba sentada en el cómodo sillón de cuero negro, con las piernas recogidas contra mi pecho, escuchando las miles de gotas de lluvia golpeteando contra los cristales y el tejado de mi hogar.

Todavía siento como mi cuerpo tiembla descontroladamente bajo la manta blanca de felpa. Tengo más que claro que dichos temblores no se deben al frío del invierno, sino más bien al terror que siento recorriendo cada célula de mi cuerpo.
Desde que recibí aquella carta temprano en la mañana, tanto mi cuerpo como mi mente están echo todo un caos.
Mi cuerpo no deja de temblequear y sudar frío, mi mente no para de darle vueltas al suceso una y otra vez. Mis mayores dudas y miedos, sobre que mi padre no se suicidó sino que lo asesinaron, cobran cada vez más vida dentro de mi.

Una vez que cesa el temblor de mi pesado cuerpo me levanto y me dirijo hacia la cocina donde el silvido de la tetera me informa que el agua ya ha llegado a embullición. La retiro con cuidado del fuego y en una taza de porcelana sirvo un poco de dicha agua para posteriormente sacar de uno de los armarios una bolsita de tila. Cuando ya tengo la infusión azucarada y preparada me encamino nuevamente hacia el salón, del cual tomo el teléfono fijo para proceder a marcar el número de la policía.

Después de haber estado debatiendome en un duelo entre si llamar o no, me he decantado por realizar dicha llamada. No sé si será lo correcto lo de ponerme en contacto con la policia o no pero lo sabré en un futuro. Una vez marcado el número esperé a que me contestaran, sin embargo algo extraño pasó y es que la linea de mi teléfono daba sin señal. Un poco extrañada de que el fijo no funcionara me decidí por levantarme nuevamente e ir a mi habitación a cambiarme de ropa para después acudir a la comisaría más cercana.

Caminando a través de las tranquilas y mojadas calles de Beigrerton me percaté de que el silencio que reinaba en aquel pueblo era mucho mayor que el de costumbre. Tal vez se deba a que es martes por la mañana y la gente se encuentra, la gran mayoría de los ciudadanos, en su puesto de trabajo habitual o tal vez se deba a que la gran mayoría de la población de este pueblo son personas mayores y apenas salen de sus casos salvo para lo imprescindible.

Al girar la segunda esquina a la derecha llegue al centro del pueblo justo donde se encontraba tanto la plaza del ayuntamiento como la comisaría policial. Me acerqué al timbre del cuartelillo, tome una profunda bocanada de aire para luego llevar la mano a este y proceder a presionarlo. Esperé unos segundo hasta que oí el zumbido de la puerta de cristal abriéndose.

Una vez dentro del local, me percaté de que se hallaba un pulcro y ordenado escritorio junto a una silla corredera. En esta, un joven policía de unos treinta y tres años más o menos se encontraba mirándome fijamente a la vez que me extendía la mano hacia el asiento enfrente de el.

-Tome asiento por favor- pronunció con voz grave y pausada- ¿en qué puedo ayudarla señorita?.

-Buenos días, verá, eh...-intenté formular una frase coherente, si embarg, no sé cómo explicar lo que me ha pasado. Por lo tanto lo único que se me ocurrió hacer fue tenderle el sobre con la carta y la foto dentro.

El joven policía cogió el sobre que le tendía y lo abrió lentamente. Una vez que le echó un vistazo a lo que había dentro levanto bruscamente su cabeza hacia mi y me miró ojiplatico. Abrio la boca varias veces como si de un pez se tratara con la intención de decir algo, sin embargo ni un solo vocábulo salio de esta.

-Lo he recibido esta mañana-dije de una vez por todas-lo he encontrado en el buzón, no se quien es el remitente y tampoco sabía si hacía bien en ponerme en contacto con vosotros, pero después de pensármelo bien he acudido lo más rápido que he podido.

-Ha hecho bien usted señorita...-habló con seriedad y alargando la última vocal de la palabra para que así pudiera decirle mi nombre.

-Ekatherina-pronuncié suavemente y con la voz temblorosa. Me aclaré la garganta para volver a hablar-Ekatherina Cabacova, señor-declaré esta vez con más fuerza y firmeza.

Cerca de la muerte [EN PROCESO]#PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora