6: Intrigado por ti

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—¿No le molesta soplar para verificar aquello? —levanta el aparato en su mano derecha.

Suspiré y en mis adentros tenia a Evangeline amarrada con cadenas para que suplicara que la suelte del dolor y después...

—Para nada —contesté. El hombre de edad se acercó con el aparato, lo puso cerca de mi boca y yo soplé, la maquina emitió un sonido estridente indicando que el nivel de alcohol es alto.

Ni siquiera le sentí el sabor a alcohol al chocolate.

Jodida cazadora del carajo, que me las voy a cobrar. Si este hombre lleva el informe del alcohol a ese nivel me va a destituir, los que trabajan para el gobierno no pueden cometer un error, los dan de baja y mi historial es impecable, él sabe eso, por esa razón ella me envió el chocolate. Maldita cazadora inteligente.

—Está en serios problemas, oficial Kozlov —negó decepcionado. Mi rostro se transformó en enojo puro que contuve con los puños cerrados al punto de casi romperme los huesos —entregue su placa. —Levantó su mano en mi dirección.

Me la quité y se le entregué sin refutar. Si le dice a los que están arriba de la organización perderé mucho. Es mi puesto en la tierra, en todos mis siglos no me había divertido nunca en un puesto como este.

El hombre salió después de guardarse mi placa en el bolsillo, maldita sea, lo vi largarse por la puerta que da al estacionamiento. Entonces yo me encaminé por la puerta trasera. Prendí un cigarrillo cuando llegué al callejón, lo esperé fuera en el área donde no hay cámaras. Cuando por fin salió lo agarré del cuello y lo impacté con tanta fuerza en la pared que escupió sangre.

—Prometo que no siempre soy así de violento, señor. —Me saqué el cigarro y expulsé el humo, el hombre empezó a temblar, tanto que se orinó en los pantalones—. Qué asco —mascullé con desagrado.

—No, no me mate, dejaré pasar lo del alcohol —lo solté y cayó con abrupto al piso.

—¿En serio? —sonreí de lado.

—S-si —respondió con rapidez—. Tenga —sacó de su bolcillo mi placa y me la entregó.

La agarré y coloqué en su sitio de nuevo.

—Disculpe... —mi voz sombría lo hizo tensarse—. Pero odio dejar los cabos sueltos...

Lo agarré del cuello y lo apuñalé en el estómago tantas veces como me lo permitió mi velocidad demoniaca, su sangre se esparció por su boca la igual que en la nariz, su traje de oficial comenzaba a llenarse de hoyos y sangre a causa de mis garras entrando y envolviéndose entre sus entrañas y perforando su estómago, no me detuve, aunque hace un momento su corazón dejó de latir y sus ojos de tener vida. Al final lo dejé caer al suelo y limpié mis manos en la parte de su camisa que no estaba sucia.

Verifiqué que a ambos lados del callejón no hayan testigos, de lo contrario correría más sangre, por suerte para cualquier individuo, no hay nadie, bien, no quiero cometer un doble asesinato hoy, ya me divertiré con otros... le saqué sus pertenencias del bolcillo para hacer ver que fue un asalto, abro su billetera y cuento su dinero, que miseria traía de efectivo. Algo más que el dinero captó mi atención, es la foto de su familia, me hace levantar una ceja.

—Que linda es, eh, —pateé el cadáver—. Prometo enviar lindas flores a tu funeral e ir a ver la cara de tristeza de esos humanos miserables —sonreí, —o hacerle compañía a tu hija parece de unos veinticuatro años —saqué la foto—. Es linda. —Le di una calda a mi cigarro y expulsé el humo—. Aunque mi cazadora también...

Me guardé todo y desaparecí entre las sombras.

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The  Hunter of Demons © HDM#2 [+21]Where stories live. Discover now