5: Interrogatorio

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Sábado 4 de septiembre del 2023

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Sábado 4 de septiembre del 2023

7:36 am

Evangeline

Maldito príncipe, lo detesto, con todo mi jodido ser, como se atreve a quedarse con mi daga, ¿cómo? Casi podría imaginar mis manos en su cuello, robándole cada aspiración de su aire, sus ojos sin vida y su cuerpo siendo comido por fin por los gusanos.

Doy otra patada al saco de boxeo y vuelvo a dar golpe tras golpe, a pesar de las vendas en mis manos me duelen los nudillo, el sudor recorre mi frente y la ira de recordar que aquel troglodita intentó seducirme como si... como si fuera una súcubo... ¡joder!, lo odio, deseo con todas las fuerzas matarlo, es un capricho que no se me saldrá tan fácil de la cabeza.

Lanzo otra patada, doblo mi cadera y doy otra segunda patada, golpe, tras golpe. Lo veo a él, su cara, su voz... y no puedo evitar golpear más fuerte el saco de boxeo, sin importar si la gente del gimnasio me mira extraño por culpa de la ira que envuelve mi cuerpo, solo me toca apretar los dientes y respirar pesado cada vez que mi cabeza me recuerda que he fallado.

Mamá tenía una frase muy alentadora para este momento, creo que decía: "Para ser ganador, primero se debe ser un perdedor" pero es que yo detesto perder, esa sensación de que pudiste haber llegado a ese punto de la cima y por una valla enorme no pudiste te hace enervar la sangre, por esa razón... no pierdo. Desde que por primera vez sentí el pecho enaltecido, el orgullo y la emoción al matar mi primer demonio, me prometí que, si me propongo a cazarlo, su cabeza decapitaré. Nos entrenan desde niñas a base de dolor, podría aguantar con facilidad una tortura y no abrir la boca, suena malo, pero cuando vives en una cueva para sobrevivir es lo más normal.

Muere el más débil, por esa razón no es tiempo para ser uno.

Agarré el saco y le di un rodillazo tras otro. Ayer tuve que quedarme en el Penthouse por culpa de qué, tenía un roce de bala, le inventé a papá que me quedé en el turno nocturno en mi trabajo nocturno como cuidadora de ancianos, lo cual es falso. Llegué temprano a casa al día siguiente y encontré un rico desayuno, y en mi teléfono un mensaje de texto de papá, él siempre ha sido así de cuidadoso, incluso en mi adolescencia, recuerdo que él mismo iba y me compraba las compresas y pastillas para el dolor.

Después de desayunar decidí que tenía que ir al gimnasio a descargar toda esta frustración e ira con un saco de boxeo, el entrenador me propuso luchar con él, sin embargo, es más que probable que le haga daño en el rin si eso pasa.

—¡Evangeline! —el grito del entrenador evitó que diera otro golpe al saco.

Ladeé la cabeza y vi a su lado a una mujer rubia en traje de oficial. Muchas preguntas se arremolinaron en mi cabeza, al notar su mirada filosa hacia mí.

—La oficial quiere hablar contigo. —me comunicó con una expresión curiosa en su rostro de piel morena y ojos negros.

Antes de que pueda contestar mi teléfono resonó en mi bolsa, está al lado de mí, ni quiera me dio tiempo a guardarla en el casillero. Me disculpo y me dirijo a mi bolso de deportes, saco mi teléfono, es una llamada de Alejandro, ¿Qué querrá?, jamás llama a esta hora, es muy raro que este despierto, frunzo las cejas y desbloqueo la llamada.

The  Hunter of Demons © HDM#2 [+21]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant