Carta CXVII.

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Querido Justin:

Eres tan sólo una triste canción con nada que decir, sobre una larga vida esperando por una estancia en el hospital.

Rompes corazón sin siquiera quererlo.

O quizá lo estoy rompiendo yo misma por hacerme falsas y tontas ilusiones.

Porque eres sólo eso: una ilusión.

Un sueño lejano,
una estrella inalcanzable,
una canción imposible de aprender,
una mañana fría en verano,
un café sin azúcar,
un largo viaje por el océano.

Eres la pieza más importante en mi rompecabezas, la que nunca he podido encontrar porque está muy, muy lejos de mí.

Y cuando mi mundo se está desmoronando, cuando no hay luz para la oscuridad, es cuando te miro y todo vuelve a su lugar.

Todo a mi alrededor vuelve a tener sentido.

Todo.

A pesar de todo te seguiré amando hasta que mi corazón deje de latir tan ferozmente cada vez que vea una fotografía tuya.

UnbrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora